la casa presidencial a la vez que a los señores Ministros, algunos profesores de música, en cuenta al italiano maestro Brugnoli, para proceder tocar todas las composiciones en viadas al certamen. Esta tercera y última vez la composición de Alvarez volvió a quedar triunfante. Entonces el Gobierno, por acuerdos gubernativos de 28 de octubre de 1896 y 19 de febrero de 1897, declaró oficial el himno de Alvarez, adjudicándole una medalla de oro con diploma, que le fué conferida en una velada en el Teatro Colón, que, para el efecto de solemnizar la apertura de la exposición Centroamericana y el concurso de los himnos, se organizó.
La influencia que ejerció su maestro señor Dressner, así como sobre sus compañeros de estudio, le dió preferencias por la música alemana.
Alvarez ha sido un ferviente librepensador y liberal radical.
Padre de numerosa familia, ha educado sus hijos en las ideas más avanzadas la hora del crepúsculo Para Páginas Ilustradas Allá en el Ocaso la tarde agoniza; Los últimos lampos borráronse ya; Muy quedo su paso suspira la brisa piando en su nido ya el pájaro está.
Se acerca la noche: por fin la campana Con ronco tañido llamó a la oración: Vibrando muy triste, vibrando lejana Lloró su lamento, su místico són.
Ya todo está en calma: desierto el camino; No queda un murmullo, no se oye un rumor; Ya en busca de albergue llamó el peregrino ya en su cabaña se ve al labrador.
Es la hora en que solas, callado y sombrío, Medito en los niños. Mi espíritu así es! pienso que cuantos se acuestan con frío, Que cuántos se duermen con hambre tal vez!
Por eso cuando otros que guardan riquezas Se muestran tan sordos todo clamor.
Yo pienso en las grandes y ocultas tristezas y Que encierra la vida, que encierra el dolor!
Manuel Jiménez Santo Domingo. San Mateo.
1914