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The Jungle Un des énormes commerces de cette ville est celui de la viande. Les gens de Chicago en rougissent un peu.
Paul Bourget. Outre mer)
El autor de The Jungle, Mr. Upton Sinclair, ha sido impulsado de seguro al escribir su importantísima novela por un viento de regeneración moral que sopla desde hace algún tiempo en el vertiginoso país del dollar. Escandalosas revelaciones han provocado en el mundo de periodistas y escritores un irresistible deseo de reformar y purificar, y el medio mejor de denunciar ante el mundo la corrupción tanto politica como industrial, ha sido la novela.
Indudablemente que el puritanismo que trajeron los emigrantes del May flower no floreció al igual del amor del oro y de ahi que en esa conquista del precioso metal se hayan ahogado todas las aspiraciones morales que dificilmente podrá conquistar un país en que razas y religiones se multiplican al infinito.
Sea por el culto que el periodista americano profesa por las noticias sensacionales, sea por tener al público al corriente de los más enormes escándalos, la verdad es que de un tiempo acá casi no hay un Magazine que no sostenga su proceso contra este o aquél asunto.
En el Everybody Magasine, Thomas Lawson ataca sus asociados de las compañías de seguros, que según parece, ni respetaban las leyes ni los fondos de sus clientes.
En Callier Magasine se arma pluma en ristre contra la magestuosa personalidad del sin número de charlatanes que fabrican pildoras, polvos, jarabes, bálsamos y panaceas que curan más de un enfermo imaginario.
Miss Ida Starbell en Me. Clure Magazine denuncia incesantemente los métodos del trust del petroleo y su jefe Rockefeller. como en ese país privilegiado todo es grande, también la corrupción crece en proporción, invadiendo los recintos de la justicia y contagiando las municipalidades de San Francisco, New York, Filadelfia, Minneapolis y San Luis, denunciadas por Lincoln Steffens en uno de sus libros.
Ninguno de los grandes organismos de las colosales empresas, han escapado esa minuciosa investigación. De ahí que haya nacido la célebre expresión actual americana de muck rakor, bien característica, por cierto, en el sentido actual Mr. Upton Sinclair, es, apesar de haber escrito una novela tan sensacional en el mundo letrado de Europa y América, un muck raker. Aunque inconscientemente Mr. Upton Sinclair debe haber recordado al escribir su novela, las lecturas de Dickens, Flaubert Zola. Su libro es de un realismo espantoso que en parte nos recuerda los procedimientos de descripción del magistral autor del vientre de Paris de la Bestia Humana. Es una pintura exacta no dudarlo del sin número de vejámenes, de la ausencia de sentido de responsabilidad moral y de los métodos criminales que en su prodigiosa industria emplean los reyes del Jamón y los principes del Roastbeef.
y Ya sabiamos que Chicago tenía sus inmensos mataderos y sus grandes fábricas capaces de expedir en doce meses tres millones quinientos mil animales preparados en salchichas, jamones, mortadelas, roastbeefs, etc. ete. Ya Paul Bourget en su libro Outre Mer y más recientemente André Chévrillon en su estudio sobre los Estados Unidos y la vida americana nos decía: 1934

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