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El papel de la memoria en la enseñanza Naturaleza de la memoria Traducido para PAGINAS ILUSTRADAS La memoria es la facultad de conservar las impresiones, las percepciones venidas de afuera, así como el poder de reproducirlas.
Hoy los filósofos nos dicen que el sitio de la memoria es la materia cerebral. Son las células que ejecutan la percepción que reciben la impresión, la cual conserva además el recuerdo. Las pruebas en que se apoya esta afirmación son numerosas. Ciertas personas han perdido recuerdo de la letra f, del número ó de cualquier otro que conservaban el recuerdo, después de la operación del trépano. Las células de esos signos, han sido deterioradas arrebatadas por el instrumento del cirujano. Después de accidentes en los cuales las células cerebrales son desfiguradas sacadas de su lugar, no es raro que la memoria desaparezca que el enfermo pierda la razón, porque las células de los recuerdos estén mezcladas hayan cambiado de lugar. La pérdida de la memoria corresponde siempre a una atrofia del cerebro.
Debemos ahora preguntarnos cómo la célula que ha hecho la percepción puede conservarla. Los filósofos admiten que la célula que recibe la impresión sufre por este hecho una modificación. La materia cerebral es una materia viviente, capaz de modificarse, de transformarse y aun de renovarse por la nutrición, El cerebro recibe una cantidad considerable de sangre que lo nutre. Si este liquido falta, las impresiones y las percepciones no pueden fijarse. Cuando una persona está fatigada, la sangre afluye las partes del cuerpo que han hecho gran gasto de fuerza; he ahí por qué entonces es incapaz de leer y estudiar con provecho. Las células se renuevan si después de un accidente han desaparecido. Se ha visto personas en quienes el cerebro ha sido alterado, perder el recuerdo de ciertos signos, de ciertos movimientos, y aprenderlos de nuevo como niños.
Examinemos la formación, la durabilidad y el poder de las modificaciones celulares indicadas arriba. La percepción es lenta en ciertos individuos y rápida en otros, es decir, que las células se modifican lentamente en los unos y rápidamente en los otros. Se ha observado que cuando la percepción es laboriosa, penosa, el recuerdo queda grabado por largo tiempo; y al contrario, las personas que aprenden fácilmente, olvidan también fácilmente. Las células cerebrales son como las ramas de un árbol: cuanto más fácilmente ceden, tanto más fácilmente se inclinan tomar de nuevo su posición primitiva. Asimismo, una rama que no se pueda manejar con facilidad, cuando se haya podido hacérsela desviar no volverá jamás su anterior situación.
Es la modificación celular lo que permite la reproducción de la impresión de la percepción. Si no se puede repetir reproducir, es prueba de que el recuerdo no ha estado bien grabado, Por consiguiente, para asegurarse del valor del recuerdo, es necesario procurar reproducir la percepción. Esta repetición ayudará también fijar el recuerdo; y no es aun sino por la repetición que se llegará incrustarlo definitiva casi definitivamente en el cerebro. Es la nutrición del cerebro lo que hace conservar el recuerdo, y es la cireulación normal lo que facilita la reproducción exacta. Al tiempo mismo en que un recuerdo está bien grabado, nos encontramos algunas veces en la incapacidad de reproducirlo. En una fuerte emoción, en un gran miedo, la sangre afluye al corazón, y por consiguiente el cerebro queda sin ese líquido, y de ahí la imposibilidad absoluta de repetir aun aquello que conocía perfectamente. Quién no ha oido algún examinando al salir de su prueba, y sin que falte el manoseado golpe en la frente, decir. cómo no me acordaria de una cosa tan fácil? En la fiebre se pro1950

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