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Por Chile y por su jefe Así como en la naturaleza se presentan largas distancias fenómenos que horrorizan con sus efectos, así también en la vida de los pueblos aparecen hombres, cuando se puede admirar con más esplendor su grandiosiosidad; estos hombres arrastran sus semejantes y los llevan a la gloria cuando menos Su bienestar, mediante su vigor y su ingenio, Ellos no llegan con el aire, ni desaparecen con la Tuz, ni se anular con el rocío; no, ellos los trae la tempestad sombría o la calma abrumadora, la luz les sirve de luminaria para hacer resaltar la potencialidad de su ser y el rocío acompaña su labor haciendo reverdecer la planta fecunda que se desprende SUS acciones; ellos solo se presentan cuando un conjunto de hechos revela la necesidad de una transformación: ved ahí a sal do al esclavizado pueblo de Israel, Colón brindando la humanidad un mundo esplendoroso, Napoleón modificando, para el bien general, el sistema político de Europa; a Garibaldi formando la unidad italiana y libertando las conciencias, Francklin arrebatando el rayo los cielos, Jenner librando el género humano del terrible flagelo indio, Pasteur demostrando la existencia de un Dox PEDRO MONTT Montr mundo animado dentro de una partícula orgánica.
New Presidente di Chile Reduciendo lo general lo particular tenemos ca.
da pueblo con sus ilustres jefes, honra de su país y de sus conciudadanos. Vemos, al repasar las páginas gloriosas de la Historia, un Carrillo, un Morazán, un Mitre, un Balmaceda, un Juárez, un Lineoln y muchos más, quienes sembrando la semilla del bien, en el momento oportuno de su aparición, han disfrutado del agradecimiento de sus contemporáneos, del respeto universal y eterno, y han dejado cubierto un período memorable en el libro del Tiempo.
Hoy la región austral que baña el mar Pacífico entra en un período de gloria, después de pasar un decenio de abrumadora calma y después de recibir formidable azote del ciego destino, sea de las fuerzas impulsivas de la Naturaleza.
Esta época gloriosa empieza con la exaltasión al poder del eminente hombre público americano, doctor don Pedro Montt y Montt, quien es elevado al alto puesto de Presidente de Chile por el voto libre, absolutamente voluntario y absolutamente sincero de muchos millares de ciudadanos conscientes y responsables de su soberanía ante el Código Hoy que un grito de dolor resuena por el privilegiado suelo chileno; hoy que la miseria toca las puertas de más de 100 poblaciones y se ve arrasar algunas porque sus habitantes emigran otras latitudes, hoy es el momento supremo, para que el hijo del fundador de la República chilena, don Manuel Montt, la reconstruya más grande más próspera, más bella y más digna del aprecio universal.
Esto 10 cumplirá el señor Montt porque así lo ha prometido con estas palabras. Cuando volvais yuestros pueblos, decid allá que la constante preocupación de mi Gobierno será el pronto resurjimiento, más bello y más poderoso, de todos los puntos de la República Por ello me uno de todo corazón los videntes que entreven un porvenir dichoso; un resurgimiento radical de todas las actividades; un período de abundancia y calma, de bienestar y justicia, en el agraciado suelo de la estrella solitaria, impulsado por las energías, las luces intelectuales y el acierto administrativo del Excelentisimo señor don Pedro Montt y Montt.
Rolando San José, noviembre de 1906.
1956
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