Guardar

Garfield, leñador; y el enérgico Presidente Cleveland comenzó una carrera azarosa, desempeñando un humilde puesto en una institución de beneficen cia.
He allí el abolengo de los grandes hombres americanos, y ese es uno de los más importantes datos sociológicos de su valía actual en el mundo Ellos no inquirieron por el nombre de sus mayores para decir si el dedicarse la holganza, les cayó por suerte en el vínculo. Principiaron por santificar el trabajo, fundaron agrupaciones sociales en que las categorías se estable.
cieron tan sólo por el resultado de la inteligencia y energías aplicadas la creación de la riqueza; y el resultado fué una emulación levantada, vigorizarlora, para cimentar, inconscientemente, sobre bases sólidas la riqueza vel país, a la vez que perseguían la propia.
Al niño se le enseña desde los primeros años, que una gran parte de los elementos que en el mundo concurren para hacer al hombre relativamente feliz, se compra en el mercado con moneda corriente. Placeres, comodidad, descanso y condiciones higiénicas favorables, se compran con dinero; el acay tamiento social, la alcurnia, cierta clase de estimación. la más positiva. el bienestar que estriba en no carecer de lo necesario y poder a voluntad adqui.
rir lo superfluo, todo eso se obtiene con dinero. por último, se inculca en el cerebro del niño, que el trabajo no degrada, cualqui ra que sea; que la vagancia, que la esterilidad económica en un individuo causa deshonra in contables males, que el deber de todo ciudadano es cle vivir independiente en el medio social en que se halle, y que, para lograr esto solo hay un cami.
no: crearse una fortuna, acomodada su empleo. Esto dignifica hasta al más humilde jornalero. Quien posee un crédito bancario, relativamente considerable para el medio en que emplea sus aptitudes, en casos excepcio nales no recibe condiciones sino que las impone. en orden común se le estima por lo que hace y por lo que vale como reza la frase americana.
Entre nosotros la educación de los niños ha sido hasta ahora muy poco práctica. Ha habido mayores tendencias imponerles el estudio, que el tra bajo. Necio sería censurar tal tendencia; pero, si la necesidad social de la instrucción primaria, se aparejase la preparación del niño para convertirlo desde sus primeros años en elemento social productor, nuestras agrupaciones sociales ganarían mucho con ello. Se aumentarían las fuerzas vivas, como Daniels llama las clases productoras.
Cómo se escribió una ópera La primavera, el verano y el otoño habían pasado y el fin de año estaba cerca. Durante ese tiempo Mascagni había cambiado frecuentemente de residencia porque dirigía una pequeña compañía de ópera.
Se encontraba ahora en Leghorn, su ciudad natal. Sus condiciones no habían mejorado: no había recibido proposiciones de teatros importantes; los editores los cuales él había ofrecido sus composiciones se las habían devuelto y por fin llegó dudar de su talento. Amargamente se reprochaba el no haber permanecido en el Conservatorio de Milán en donde le había colocado su padre.
Demasiado pronto echó a un lado la estricta disciplina por la independencia a la cual se sentía fuertemente atraido y había ido por el mundo en busca de doña Fortuna sin encontrarla.
1965

    Notas

    Este documento no posee notas.