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Iradas de las dos Gunciones que hasta boy han dado. prueba el entusiasto desperti da en el público josetino por ir adinirar los trabajos arriesgados de los artistas y la be lleza y hermosura de la siempre gustadu Chabelit.
Auguramos a la Empresa un éxito con pleto.
pleados y poca le vierott pegar un salto y abrir los brazos en crt.
Basta, dijo e Juez la retorita: basta.
Multo a leta sinvergüenza, sonrió a la japonesita, selalándola la puerta de la calle.
libre para ella, y se ocupo de otra causa La Task servida por los reporteres.
se encargó de soplar en sus trompetas mil, el nombre y hazara de la recatada bruchacha Misako Sogo.
No es cierto que después de sabida su procya no suena tail fer su nombre?
REVISTERO VARIEDADES BALADA EL JIU JITZU New York, 1906 Por lo que pueda suceder convierte irse familiarizando con los sombres y apellidos japoneses: y a propósito, tengo el gusto de presentar a mis lectores na joven súbdita del Mikado, la señorita Misako Sogo; nombre hastante Cesairadu al oito, pero bien llevado y hecho popular den brincos, por la lista chica que el responde.
Imaginese el lector, la siguiente piancha.
e los agentes de policía Whiteman y Leanchan vieron en una acera de la calle 25, entre la y 6! avenida, a la hora del medio dia. In tonustisimo hombre boca arriba sobre el bendito suelo y sentado encima del pecho del atleta, una mujereita. una mane ca, un juguetito japonés. Quién es usted, y que hace usted debe jo de las asentaderas de esta muchacha preguntaron groseramente los gendarmes al hombrin acuel, quien, resello grueso Contesto ist. Soy John Mc Cullen, a pullista, y es toy aquí tendido por comodidad.
Mentira, exclamó la Sogo me faltó al respeto este canalla y le di su merecido. cómo le dió usted el merecido? preguntaron a una vez aquellos alguaciles.
Con elJiu Jitza. replicó la japonesita, sin desmontarse de su victima.
Bien saben estos caballeros lo que es el Jiu Jitza. pues hasta el Presidente Rooseveit ha tomado lecciones recientemente de tan maravillaso Sport, usual en la raza 2mriile, mediante el cual, un David de hoy necesita de la honda para derribar al suelo Goliat: Le bastarla cierto rápido manico la barba del gigante, cierta zancadilla de relámpago, y hombre al suelo sin retbedio.
Eso fue lo que la chica Sogo hizo con el aticta atrevido, que requerirla de amores burdos C9330. Lo derribó con la presteza del rayo y enseguida se sentó a mujerieges en el estómago.
Llevados ambos, la japonesa y el yancui al tribunal, el Juez quiso que se exolicase como habia pasado aquello Pidii la muChacha amarilla que saliese alguien para rechar la maestra objetiva de Tia Jitz.
Adeiantise un 900 cdo de los si em.
Wes dije a mis ojos. Xo cobardes, os deslumbréis: Besad con los desielos de muestra fija y férvida mirada siis pupilas amules como el cielo.
mis ojos cerrandose dijeron. No podemos Vedije mi thano. Xo vaciles: besa con la caricia de tus dedos extremecidos, la dorada otida.
el stave raudal de sus cabelos. tremula, mi mato contestóme. No puedo.
Yle dije a mi boca: Tú. consuma, pnes, el tan deseado sacrilegio: beso sus labios, y la eterna dicha bebe en la culce esencia de su aliento.
Yui baca, muy pálidi, me contestó: No puedo.
Entonces dije a mi puñal. Tá sólo 10 has conocido la piedad ni el miede 11 través de su pecho pasar puedes para besar su corazón: ve, y bésalo. rigido y helado. me dijo el hierro. PUGA YACAL exit UNA HUMORADA Don José Maria Orense, marqués de Alhaine, decia de los políticos que se llamaban udepenicientes que primero pierden el in y quedan de dependientes de algún cacique; luego el de y se les ve pendientes de los abios del ministro que los proteje; después el pen y solo les quedan dientes para comer del presupuesto y por últi.
mo el di. convirtiéndose en lo que antes y siempre fueron: unos ridiculos sentos.
El respeto a la mujer, es habitual, en los bumbres de corazón; ellos la quieres amable, inteligente y casta para que sea una compañera capaz de entenderlos elevarea la altura de carácter que han adquiridden Jas pruebas de la vida. 37. AM
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