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ta rosada y tan elástica, que con ella forman un arco gracioso y elegante, como si tubiese por dentro un resorie delicado de acero. La hembra es más pequeña que el macho y de color sumamente claro, sobre todo por debajo.
Clenosaura completa.
Algunos ejemplares jóvenes que enviamos para su determinación al Doc tor Stejneger, pertenecen a esta especie. Fueron colectados en Tivives, mediados de abril. Cuando están, asi, pequeños, la gente les atribuye propiedades ventes nosas. creen que pertenecen una especie diferente del garrobo común, del cual nos ocuparemas más tarde, cuando tengamos ejemplares adultos ya determimados.
Soloporus variabilis.
Esta especie mexicana, que hasta ahora no se labia colectado en Costa Rica, nabita en la región pedregosa del ro Ciruelas, orillas del Ferrocarril al Pacifca. Illi, sobre las piedras recibe los rayos del sol en la mañana, y cuando se ve perseguida se desliza lentamente citre las grietas, o bien se oculta en agujeros hechas en el suelo, donde debe tener su vivienda. En la Bahia de Ballena, al extremo Sudoeste de la península de Nicoya, vive en la región arenosa de la costa: camina lentamente y se oculta debajo de las palmas secas de los cocoteros, en las verbas rastreras, o en los troncos podridos. Aquí sustituye en sus costumbres al Chemidophorus depii que habita en la isla de Guayabo, en Puntarenas y en Tivives. Por lo que su apariencia respecta, se puede distinguir facilmente este Sceloporus de la especie comun de San José, por ser de color café, oscuro por encima, con una raya clara lateral a cada lado del cuerpo, y por tener en el abdomen un hermoso color rosado, separado en el centro por dos arcos divergentes azules, cuyos extremos se hallan debajo de las extremidades anteriores y posteriores. El hallazgo de esta especie es una prueba más de la semejanza que existe entre las penínsulas de Nicoya y Yucatán, donde también habita la lagartija que nos referimos.
Gonatodes fuscus Con el nombre de escorpión conocen en Puntarenas uma lagartijita muy pequeña que anda en los tabiques de las concinas y en las cortezas de los árboles. Sus huerecitos, blancos y redondos, se encuentran depositados de uno en uno, en las escopicaduras de la madera y en las grietas de los troncos. Dificilmente se pueden coger estos animalitos, pues aunque no huyen con rapidez, como son tan peque.
ños se ocultan en cualquier rendija, en el menor agujero. Los machos son negros, con la cabeza de colar castaño rojizo y la garganta rayada de rojo longitusdinalmente: las hembras son cenicientas con pequeñas manchas negras sobre el dorso y las extremidades. En la carretera que va a Esparta, cerca de Surubres, enconiré también esta especie, en la corteza de un árbol corpulento, lo que hace suponer que estas pequeñas lagartijas no son raras en la vertiente del Pacífico, y e no haber figurado hasta hoy en la fauna costarriqueña, se debe a la facilidad que tienen para ocultarse, por su color oscuro y tamaño diminuto.
Hydrus platurus.
La existencia de las culebras de mar es conocida desde los primeros años de la conquista. En este camino que en la mar del Sus hizo el Licenciado Espinosa, está e se descubrió aquel golfo que se llama de las culebras, por que hay innumerables, que se andan sobreaguadas en la mar, de tres palmos poco más luengas, 2001

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