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MEDALLONES HONDURENOS De la campiña Tropical (Fragmento)
Para Pagina Frente un bosque que murmura, Frente un plácido pinar, En la limpida llanura Que un océano de agua pura Nos parece semejar, Yå las suaves armonias De las brisas al reir, Hay un grupo de adquerias, Entre intensas cerrarias, Bajo un cielo de zafir.
La vida es bella. En las frescas mañanas primaverales, cuand cariosamente a través de las ramas hojosas que se extremecent gozosas su contacto. y por pajaros trazando elipses en su vuelo caprichosextremece también de alegría al sonreir el rayito tinieblas de letal desesperanza Hay alls bosques floridos Que al verter su grato olor, Salen voces de los nidos, De cantores escondidos Que cosvidan al anor.
Mientras vierten los canales Sul monótono gemir. las horas matinales, En los altos pentascale Vense brumas relucie.
Sopian brisas fuertemente Locas neven el pinar.
Mientras vense, lentamente la luz del claro ambiente, Blancas garzas revolar.
Hay una esplosión de vida exuberante: el a crajir de los troncos al brote de la savia indican la potente actividad del génesis en la madre naturaleza En mi florece también la prima Vera y lay una rara afinidad entre la tierra inusgosa que lace fructificar las plantas y ni alma llena de gérnenes divinos prontos florecer.
Por itu senderito entre las altas yerbas que crecen vigorosas bajo la sombra de los árboles atraviesa na Costa Rica. Vista en la vaca con tardo y Fot. B, Escalante pesado andar: me mira casi caritativamente por un momento y pasa luego rumiando cos con la cola. Me quero pensando. Hay algc da que me coulmueve extrañamente. Será que en en mí el enigmático mirar de esos ojos. me digo. por qué vivir analizando sentimi todo, cuando tan dulco sería imitar a tas bestezne del aire y de la luz sin preguntar quién se los da ¿Por qué liablar mal de la vida si la vida es buena Señorita Julia liestroza parte Luego brotan de una fuente Linfas puras que al pasar Por la pácida pendiente.
Se deslizan suavemente Co melódico sonar. Allt viven bellas hadas. esa tenue luz solar?
En sus impidas cascadas Vascaso las driadas Sus cabellos bañiar?
en su fondo acaso guarda Sin poderio remediar Algún sátiro que aguarda Con sus ojos de esmeralda las ninfas ver nadar?
Mas de pronto, entre breñades á una luz crepuscular Corren locos sus raudales Por abruptos pescales, Fugitivos, hacia el mar.
Hay alla bajo una umbrosa Hojarasca tornasol.
Una gruta misteriosa Donde avanza, recelosa.
La dorada del sol.
Yo no sé; mas misterioso Sale trémai un rumor, Cual de un pifano armonioso, de un labio metodioso Suave cátitiga de amor.
Iris Andres iniga Coinprendo tus poenas pauteistas. Anado de en que para nuestro espiritu liay cierta sugestivic 3700

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