De la campiña Para Páginas xstradas La vida es bella. En las frescas mañanas primaveralcs, cuando el sol sonríe mirando curiosamente a través de las ramas bojosas de los árboles a las flores que se extremecen gozosas su contacto. y por el azul del cielo pasan los pájaros trazando elipses en su vuelo caprichoso; entonces el corazón se extremece también de alegria al sonreir crayito de sol que disipara las tinieblas de letal desesperanza.
Hay una explosión de vida exuberante: el arrull o de los nidos y el crujir de los tror cos al brote de la savia indican la potente actividad del génesis en la maIre naturaleza.
En iní florece también la primaTera y hay una rara afinidad entre la tierra musgosa que hace fructificar las plantas y mi alma llena de gérmenes divinos prontos forecer.
Por un senderito ettre las altas yerbas que crecen vigorosas bajo la sombra de los árboles atraviesa una Costa Rica. Vista en la catarata del Brasil Taca con tardo y Fol. Escalante pesado andar; me mira casi caritativainente por un momento y pasa luego rumiando y azotándose los flaucos con la cola. Me quedo pensando. Hay algo humano cu esa mirada que me conmueve extratamente. Será que en otra vida se ha posado a mí el enigmático mirar de esos ojos. me digo. por qué vivir analizando sentimientos, desconfiando de todo, cuando tan dulce sería imitar a las bestezuelas de Dios que gozan del aire y de la luz sin preguntar quién se los da ni de que se componen. Por qué hablar mal de la vida si la vida es buena?
Comprendo tus poemas panteistas. Amado Nerro! y pienso como tú en que para nuestro espíritu lay cierta sugestividad en el agua murinu2707