Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Perlas grises De las Pequeñas Odas Vicente Acostu, poeta amigo Así lo quiso Amor.
YO ste dolor de que mi pecholic yo no busqué tu voz, con que jui tus ardientes ojos. le púdicos destellos.
que las alas de mi alma lana ni la poupa imperial de tus que me tiene a tus pies encad Solo Cuando no siento descansar nedito en todas las borrascas de este mundo.
yra mi pensamiento lo infinito y al cabo ine confundo. Será que soy un réprobo, un precite ¿Será que siempre viviré erralsundo?
Adónde va ini qucja. a dónde cl grito de a leste horrible sinsabor profundo?
Yo no busqué ese amor. pues que la vida en su seno mantu tal fuerte de dolor y de alegri Ti conoces la malo traiciones ne me aceclio en la senda: tui sabes cómo fue mi pecho le y cómo fué que me cintó su vel el dios risueño del carcaj florie ¡Y luclio y forcejco. modo de rebelde Prometeo, con todos los rigores de mi brazo! en tanto que lamento ini amargura ofrécente Natura el leclto maternal de su rogazo.
Tú sabes cuando. Amor. su fie solto del arco diminuto, y luee apuí en mi corazón dejó clavac Oye, Señora, mi amoroso queg oye al doncel que tu atractivo que canta el esplendor de tus tu suave voz que encanta.
la seda de tus manos delicadas til espíritu y su hechizo sobera tu laz acerca, que al amor con sacar la flecua, con piadosa mar y el bálsa 120 de tu ainor pon er 11 Meridiano Es la llora del sopor. El nar bosteva y brilla e Sol, del picago en el lomo: elave se amodorra eu la maleza y el ciclo 11111estra su infinito conllo.
Ostenta el liorizonte su grandezi yuma alia roca se distingue como 111) centauro de rígida cabeza.
cual uia esfinge cincelada en plomo, después, nada tentas, que di iremos por la senda de la vida sin tener sus senderos escabro Sadlie verá muestra pasión des une podran romper lazos tan ni el rudo tiempo que inclemene ni los rigores de la adversa sue ni el triste olvido, ni la envidia ni aún las sombras heladas de pnes juntos, siempre juntos viv er cuestiones de amor entreteni y luego que la tierra abandone por la bondad Augusta protegi Allá en la Eternidad, nos hallar Despierto al fin del sueño que entrega el mortífero beleño que me ofrece, en su caliz. el lizstío. escucho entonces las salvajes notas clel ronco mnar miro dos gaviotas.
liendiendo. cual inis dudas, el vacío.
Luis
Este documento no posee notas.