Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Un recuerdo de La Granja EL CANTANTE EL REY Corría el mes de agosto de 1737 y la vida de España y de sus Indias, concentrábase en el palacio de San lidefonso, conocido vulgarmente con el nombre de La Granja, donde Felipe yacía en el lecho, víctima de un agudísimo ataque de melancolía, que nada ni nadic couseguía aliviar, temiéndose que fuese preciso declarar la incapacidad del monarca y nombrar una regencia que gobernase los destinos de la monarquía.
Por un capricho del soberano. la vida de palacio trocaba el día en noche y la noche en día. obligando a todos los servidores observar todos los preceptos de la etiqueta dispuesta por su católica Majestad.
San José, Costa Rica. Vista del Sagrario Fot. Am, Céspedes En su delirio, creía el Rey estar ya muerto, y se oponía que le moriesen, conservando camisa y sábanas hasta que se roni pían, cuando una noche, los cortesanos estupefactos presenciaron los aprestos de gran fiesta y el ir y venir de criados y azafates como si se esperase la realización de algún acontecimiento extraordinario.
Hacia la una de la madrugada encontrábase reunida toda la corte en uno de los mayores salones del palacio, y las puertas se abrían solennemente, mientras dos palmadas y una voz grave, anunciaba. Seiores, la Reina. Inmediatamente aparecía la figura enérgica y varonil de doña Isabel, seguida de los principes infantes, sin revelar en su rostro, picado de viruelas, ni en su orgullosa actitud, que fueran ciertos los rumo2105
Este documento no posee notas.