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Arte Divino (Para Páginas Ilustradas) La naturaleza, madre fecunda de todo lo existente, ofrece al espíritu observador un concierto lleno de magnificencia, con su complicada instrumenkución, con su rica variedad de tonos, ritmos y compases, en que la vida toda se extremece a las caricias del sol y la materia se transforma en una vibración perpetua, que obedece a una fuerza oculta irresistible.
Se escuchan ruidos diferentes entre los zarzales y las Horestas, en que no se sabe si es el zumbar de abejas, el murmurar de fuentes, el gemir de ramas, el silbar de troncos viejos, el revolar de mariposas, el reventar de petalos, o algo intangible y sutil como el amor mismo, quien da voz y animación a la imponente soledad.
El viento va de aquí y allá susurrando melodías entre las frondas, arra ıcando acentos graves las grietas del penasco, aullando sobre los perfiles de la sierra calva, y dialogando entre las cañadas con los torrentes, que se viven cantando tiernas endechas las Rores, musgos y juncales de sus riberas.
Sacudido el cordaje de las selvas por los dedos de seda de la brisa, se alzan por todos lados trinos de amor y dulces gorgeos; Filomela apaga con sus arpegios las sentidas lamentaciones de la tortola, y desde que despunta el día las ramas se pueblan de melodiosos cantores en perpetuo arrullo, coino si tuviesen por iores y frutos, sonoras y colgantes campanillas de y plata o de cristal.
Cuando a la hora crepuscular se entrega la tarde en brazos del silencio, despiertan los insectos medio dormidos los rugidos de la fiera, que dominan la algarabía formada por todos los seres vivientes en su lucha diaria por la vida. Las montañas abruptas, como un contrabajo colosal, repiten el eco de todos aquellos cantos, gritos, murmullos y quejas, que en solemne confusión se levantan hasta el cielo, como la descarga eléctrica desde las regiones atmosféricas. lo lejos el mar, dominado por una ansiedad infinita, brama en los acantilados, como guardián celoso de la vida que lleva en sus entrañas, donde hay artífices que pulen el coral, encierran las perlas en sus estuches de nácar, y dan sonoridad al caracol.
Hay algunos compases de silencio; en la azulada altura han aparecido ya los primeros astros, y principia la música sideral, grandiosa, solenne, y de la cual nuestra imperfecta naturaleza apenas nos permite percibir algo. Allí hay toda clase de voces: el sol es el bajo profundo, que da cjemplo y con madurez las rige y las contiene; hay astros tenores, estrellas contraltos, y cometas tiples, que corren y juegan, y todos van en acordado y matemático ritmo entonando el himno universal, como un piélago de sirenas en la brilladora espuma de la inmensidad, Se despereza el soñoliento buho, y la lúgubre lechuza pone atento el oído la romanza que entona el ruiseñor, en un escenario de rosas y claA la gentil serenata responde la e laurel vecino, con una brillante cascada cantor aplaudido para dar ejemplo de la trasnochadores.
La monótona cigarra sig cantinela que ha estado ensayando todo el fin la tierna alondra, que es la vocación irr despertar calandrias, mirlos y jilgueros para primeros rayos del sol.
Nada cansa ni fastidia en ese conce ción, en que Dios mismo lleva la batuta siguen con sus sistros arrobadores y melif los matices melódicos de todos los géneros naciones más raras y los compases más car ejemplo del ritmo en las palpitaciones de respiración regular y acompasada como el ceo de las espigas, en el balanceo de las la corriente líquida, en el pausado vaivén aves, y en el novimiento misterioso, que pa porque el ritino musical no es sino la expresi no el ritmo del color y el de la forma so espacio. Quién no se siente inclinado cre lenguaje primitivo de la humanidad, la exp etérea del sentimiento, la voz idealizada tiempo y el olvido, la reminiscencia de un Platóu, en que el alma había vivido en el cara cara con la belleza absoluta increada Más que el amor Uno de nuestros canjes cuenta que el in briel Annunzio ha terminado una nueva o acontecimiento artístico de primera magnitud.
El protagonista de Vás que el amor Brandi, y como primeros personajes, figuran Mo su hermano y Radu, criado de Conrado. Este ha so con sus escritos y sus arriesgadas exploracion turero y romántico le impulsa a acometer traba para ello con el apoyo del Gobierno. Pero el pro esto le irrita y le exaspera en tales términos, qu Conrado, al verse perseguido, se refugia La policía llega y pone cerco la casa; Conrad contra los asaltantes, y cuando, agotados los me en manos de sus perseguidores, Conrado se suic Más que el amor será representado por Irma Granma.
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