Del natural rizas, duermen en los árboles de los jardines y bre como las ratas, las arañas, las pulgas, la molestias que nos causan veces los zopilotes servicio de limpieza que ejecutan en los desas quiera que lay materias putrefactas.
Para tomar la fotografía de estos animales se ha enfocado la cámara en un grupo de ellos cu san, saltitos, como si la lente que se les pone escopeta. Atraídos por un pedazo de carne acu Deu temerosos; el más atrevido se acerca, comier compañeros no dan tiempo de exponer la placa dos en tropel y forman una masa confusa de a tan rápidos que no se puede sorprender en ello ciendo un ligero movimiento con la mano un consigue que al menos tres de ellos conserven El arte de la fotografía tiene sus reglas fijas en el complicado mecanismo de sus manipulaciones: pero hay detalles de luz, de perspectiva, de posición de los objetos que no pueden fijarse de ante mano, por que su variación es casi infinita. El artista que pudiera dedicar su tiempo la fotografia de animales silvestres haria un servicio valiosísimo para la Historia Natural; algunos naturalistas han intentado ese trabajo, gastando verdaderos tesoros de paciencia y exponiendo repetidas veces la vida para sorprender las aves en su nido, sobre despeñaderos donde no se puede llegar sino colgando de una cuerda suspendida centenares de pies sobre un abismo. Imitando la apariencia de un tronco silvestre, se ha llegado a tomar la vida intima de ciertos pájaros en la época de su reproducción, cuando la hembra calienta maternalmente sus huevos, cuando los pichones reciben del pico de sus padres los primeros alimentos y cuando abren por primera vez las alas para tomar posesión del elemento en que han de moverse el resto de su vida. De esas fotografias, llenas de animación y de vigor, la imagen de un animal disecado, hay tanta distancia de pareci.
do, como entre una princesa egipcia.
llena de encantos y atractivos, y las mamias descarnadas que se conser van desde hace dos mil años.
Imagiaaos un grupo de doscientos zopilotes en el matadero público y tendréis la vida de estas aves descri.
ta en docientas faces diferentes: unos con las alas abiertas, secando al sol las plumas que la lluvia les ha dejado MATADERO adheridas al cuerpo: otros sobre los árboles vecinos, en actitud de reposo, para digerir el alimetito que talvex mieron con exceso; aquí un grupo que se asoma al enrejado, con el estómago vacio, esperando los desperdicios de la res que acaban de inatar: allá otros atraídos por una calavera fresca, donde queda piltrafas de carbe, ojos enteros y otras gulosinas; más lejos cuatro o cinco que se disputan pedazo de cuero; ubo que acomete al compañero por que le quitó su bocado favorito: otro que se defiende preselitando al adversario la lanza de sus alas extendidas.
Asi como nosotros nos aprovechamos, por adaptación al meclio en que vivimos, de la miel fabricada por las abejas, del capollo del grisano de seda, de la cera que producen los panales, de los huevos de las aves y de todo cuanto en la Naturaleza existe a nuestro alcance, de in misma manera los zopilotes se aprovechan de los residuos de los mataderos, recogen los desperdicios de comida en las cocinas, instalan siis nidos en los entrecielos de nuestras casas, allí orian sus pichones, se bañan en los pilones de las caballeembargo aparatos especiales con que se puede larga distancia, de manera que tos menores de sospechas a las aves. Para el común de las inútiles, sin pensar que las ciencias descansan satiempos de los matemáticos, los físicos, los qu toraciores y todos los demás que se afanan po conocimientos humanos. Por el aislumiento en castilarse, resulta que los hombres dedicados a cuidan los estudios de las ciencias físicas, los de letras nada más que parásitos de la socied los políticos como una verdadera plaga, siendo y las letras forman en conjunto la manifestacio una en escencia y trina en sus revelaciones.
Al sorprender un zopilote que refleja su im estudio de gran interés, considerado desde muc podría hacer una conferencia sobre la reflecció tico sobre las leyes de perspectiva; un pintor 2780