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Codo muere. Qué se han hecho las lágrimas ardientes Que acongojado en mi niñez vertía, Aquellas que enjago la inadre niía Con amor y cariño maternal?
Aquellos pensamientos inocentes Que mi pecho albergaba con amor. Que se hicieron. Pasaron. Ohdolor!
Dejando mi alma en ansiedad mortal.
Aquellas santas creencias, Que mi madre me inculcó que formarou mi herencia.
Las que siempre adoré yo.
En ini tierna adolescencia. Ay! todo. todo pasó!
Aquellas juveniles ilusiones, Aquel risueño y dulce bienestar Que disfrutara en mi tranquilo hogar, Lejos, muy lejos de este mundo impio.
Pasaron. como todas las pasiones Que enardecer la inquieta juventud, que forman más tarde el ata od En que descanse el corazón ya frío.
También pasaron las bellas Horas de mi edad florida, En las que gratas qnerellas afectos que el alma olvida, Dejaron profundas huellas En el abril de mi vida.
Rolando 2183

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