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Veremos corrían sentarlas y salían afuera fun corredores o murmurar en corrillos.
sando en la sala.
flas piezas se sucedieron con interva nes a premiaban a los inúsicos para que tosucedía cuando una pieza era corta: insist Para Paginas Tiudice más. n doiningo de tantos el hijito inayor de uma señora vecina cuinplió años y con este motivo hubo por la noche un baile de confianza. Yo.
desde inuy antes, estaba requeteconvidada para este baile y asistí. Desde inuco tiempo atrais no bailaba y tenía muchas ganas de hacerlo. Me arreglé lo inejor que pude, con elegancia y sencillez y cuando al salir me ví en el espejo, me hallaba realmente hermosa, vestida de blanco de pies cabeza. En ini semblante sonirosado había cierta satisfacción. Cuando entré al zaguán de la casa de mi recina, una onda de gratos rumoreos ine acogió. Los jórenes, que agrupados en las puertas veian bailar, al sentir que llegaba una bailarina más, se volvieron y con sonrisas, encendidas miradas y cariñosos a demanes, me saludaron Saludé todos y muy particularmente a los que conocía bien.
Mi vecina salió a recibirme y me llevó a su cuarto, me quitó el abrigo y el sombrero: después salimos juntas los corredores. Bieu pronto me atendieron varios jóvenes que deseaban bailar. Eran tantas las solicitudes para la primera pieza. que casi no hallaba como atenderlas. Por fin ne decidí por uno de tantos y dejé comprometidas varias de las piezas que seguían.
Bailaban en dos salones, de los cuales uno era bastante estrecho: en éste liabía más parejas. ambos se iluminaban con luz incandesoente. Cuando entré una de las salas, algunas ainigas me saludaron y otras se quedaron viéndomex haciendo comentarios sobre mi traje y ini tigura.
Los jóvenes y las niñas estaban muy animados y alegres; había menos niðas, de modo que eran unas solicitadas y atendidas.
Ia pieza que primero me tocó bailar era un valse. Al principio bailé con cierto gusto, la grata sensación del baile desde tiempo atrás no la sentía: me entregue la danza con todo abandono, blandamente. Obserré qué en nuchos de los compañeros y compañeras aquel ejercicio cra un gran placer: así lo demostraban en sus rostros. Al rato de bailar estaba casi rendida: el compañero mio bailó con tanto entusiasmo y tenacidad que no me permitió descansar. Otras amigas resistían mucho más durante una misina pieza pasaban de un brazo otro de los danzantes.
sin detenerse casi. Por insinuación mía cesamos de bailar y nos pusimos a dar vueltas. Esto nos fué imposible y resolvinos sentarnos. Había tartas parejas en las salas, que aquella dansa resultaba una verdadera indecencia; las parejas chocaban unas ontra las otras y el choque, lejos de provocar una protesta, provocaba casi la risa general. Para concluir la pieza, la música apresuró muchísimo los compases y los danzantes apresuraron las sueltas, hasta el punto de parecer aquello vértigo locura: empujones. majonazos. carcajadas, borboteo de cabezas con ademanes como de gente sofocada que le falta el aire para respirar y sobre todo un abrazo intimo y placentero. Muchas ocasiones había presenciado escerias semejantes y las había saboreado como todos, pero aquella ne chocó realmente. Cuando concluyó la pieza. los bailarines resopia ban, con las caras sudorosas y encendidas, se reían y caminaban como vacilantes, abandonándose del brazo de la compañera del compañero respectivamente. Algunos jóvenes, como si estuviesen carisados de sus parejas, 2190 Cuando se trató de llevar las nina que tornaran un refresco de kola wa con muy alto, bien restido de figura vulgar, se que lo acompañara. Accedi. Conocía in aun personalmente Nunca me había inte él, por lo visto. Aquella ocasión era una con él.
Entonces me liabló inucho. vagued que observé liacía ko nismo con todas. Pa varias, porque al pasar tes tocaba el pelo da ba bromas muy íntimas. Aní me ater algunos de sus modales se veía la distincio ciertos rasgos demostraba la insolencia de que creen teller dereclio de permitirselo toc de éstas las veía con el más presuntuoso de yo. habría murmurado de más de tina. ICT lo atendían bastante, a pesar de que por mi era digno de aquello. Por mi parte, lo ferente.
Cuando quiso que bailara con él le No puedo. Ya estoy muy cansa seguido!
Insistió en que bailáramos y accedi.
16 bien conmigo. pero muy poco. porque lazarine había tanta perfidia. que yo con una y otra vez: pero él insistió en que bai acepté. Por fin, muy contrariada. le dije: Hágame el favor de sentarine. No porque se permite algunas confianzas into No me respondió una palabra. Esta Casi lo arrastré hrasta afuera y turbado, co. Está bien. Si Cd. lo quiere; vaino lla del corredor.
Si. eso quiero, le respondí secanien nos sentamos. En otras banquilla parejas de novios, con las cabezas inuy jun y de placer.
Quién era mi compañero? Mucho sa era un estudiante que arrastraba una vida y trasnochador, que había bebido y jugado madres era un tipo temible y su reputación ya consagrada por varios antecedentes.
Esta reputación de seductor era su po amigas tontas y sensuales. Algunas sentía lasta les gustaba que así fuese, libertino y más tarde al matrimonio una experiencia to dono
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