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la ciencia y la fe, por estrechar los lazos de la familia, por alcanzar la felicidad humana. El pensamiento es todo luz: que avance, que rasgue las tinieblas, que alumbre los abismos. Debe tender su vuelo sin medir obstáculos, y atravesar las sombras siempre atrevido, batiendo las alas fuertemente al impulso de la idea que salva barreras infranqueables. que tiemble la arquitectura social que descansa en un cimiento de errores, y que sean exterminadas tantas mentirasllámense moral, virtud, religión, si envueltas en el manto de la hipocresía no son sino aves negras que carcomen el edificio que las alberga.
1, como los planetas, fases: en el curso de las mos contemplarlas bajo sus variados aspectos.
servado desde el punto de vista moral, comAyer, en su estado de salvajismo: más tares y elevando éstos su nivel cuando en la stumbres y los estatutos juzgaban los seres riminalidad de las bestias, llamémosla así. la solidaridad del hombre con los animales, totemismo, luego desarrollada por la teoría de ge enseguida la doctrina de los derechos de los deberes de éste para con ellos. Hoy, la par que un sentimiento de unidal, de donde culto hacia el animal: sentimiento que llega Mañana, conforme con la ley de las evolule domesticar las fieras en la selva misma, sustituidos por los nuevos que ha de plantar nes, precursoras de las grandes transformacio randes fuerzas para llevarse cabo. El imnás poderoso. aquí de las luchas, desvelos entado por nobles propósitos trabaja incansaeconquistar, de rehacer, de dar mejor forma que en su caída constante horada la piedra, uente de la civilización descargando de conrancia, ese duro peñón inmenso que muchos amparando la tiranía de la conciencia.
pensamiento tendió sus alas por el infinito.
gan, pasan, se alejan: vienen nuevos, y otros, tiempo es eterna: y el pensamiento recorre o en todas direcciones, vislumbra nuevos hootros, y otros, y no halla fin su carrera, porPero allá va, sin rendirse nunca, sin dejarse a los alientos de la idea generosa.
nto ha sido y es una labor fructífera. En el incipio de certeza para la verdad, pero aun simplificar y clasificar las funciones intelecinvestigación. Desde entonces avanza con ido la semilla prolífica de la idea, que germiin de los hombres que aman el bien común.
tropezado con los problemas de la conciencia le la sociedad, y ha emprendido la ruta que er la unidad, por desterrar la discordia entre De la evolución de los pueblos, de la amalgama de las razas, hagamos pasar por el tamiz del examen todo lo bueno, lo utilizable y de inmediata aplicación para provecho de la gran obra de la concordia humana.
Comencemos por desterrar de nuestra nerviosidad cuantos peligros ha inventado el miedo.
Muchos cerebros, haciendo de cabezas parlantes nada más, han exclamado: el peligro amarillo. encerrados dentro de su propio miedo;sjel peligro norteamericano! han gritado, dándoselas de profetas. Pero no se atreven confesar la verdad, diciendo: el peligro de nuestra cobardía. qué lanzar voces altisonantes que no hacen sino entorpecer la labor del patriotismo que no debe distraerse un momento en preocupaciones más o menos tontas, en teorías sofisticas. Pues qué. Acaso deveras nos consideramos en perfecto estado de decadencia? Quizá queramos inventar leyes que no ha dictado la naturaleza; quizá pretendamos contrariarla.
No; no llevemos nuestra fantasía nuestro miedo hasta ahí. Templemos el acero de la pluma de combate, y con ella luchemos: pongámosla al servicio de las buenas causas, alejando temores infundados, dando aliento los timoratos, levantando a los débiles que flaquean; pero antes revistamonos de verdadero valor para empuñarla con brio, porque de nada vale una arma de lucha si el miedo nos la ha de hacer soltar de la mano.
El nervosismo contemporáneo podrá o no, ser un signo de degeneración, pero es lo cierto que no sólo ahora sino en otros tiempos, y en casi todos, la humanidad ha sufrido esas crisis del alma en que se ha visto asaltada por ideas delirantes.
Vamos, pues, atacar ese nervosismo, esa debilidad cerebral, ese raquitismo, ese verdadero peligro al cual mucho debemos temer. peligro que puede conducir hasta el crimen. porque el asesinato moral de los pueblos causa mayores estragos que la sangre de la matanza.
Vergonzoso, muy vergonzoso es desconfiar del valor de nuestras fuerzas para abandonarlas al acaso y acatar como una ley natural, cuando no sobrenatural, cuantas desgracias pudieren sobrevenirnos.
Hay otra clase de peligros, peores aún y que aparentamos no conocer juzgamos pasajera su inminencia: díganlo si no, la letal indiferencia en que vivimos, el aislamiento de las sociedades modernas, su desmembración y esa especie de individualismo lamentable que a veces limita fronteras has2340 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Individualism
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