Guardar

A la sombra de un roble No os guardéis de él, almas nuevas qu Dejaos prender en sus redes herir por sust de aquel a quien Amor perdona.
Dejáos herir, y si morís de la herida, golondrina, que volaria su nido sin repar Dejkos herir, y guardáos bien de hac al cazador de las flechas: porque no basta, amontonar muchas pajas.
Enrique Carmen Sylva y los niños FRAGMENTO Al pié de mi ventana ha caido esta tarde en el jardin de la fonda, una golondrina herida.
Yo no supe hacer nada por elle: la acaricie, la sostuve entre mis manos, pero se me murio. es que estos seres, sanos dolientes, corren sólo por cuenta de Dios, y los hombres nada sabemos de ellos sino que andan por el aire y que parecer más felices que nosotros.
Pensando en el que disparó sobre la golondrina cl cuales, no duciar un hijo de Adán y, por lo tanto, hermatto mio. me he sentido un poquillo avergonzado ante ella. El linaje de esta pabre ave me parece en estos momentos harto más noble y principal que el nuestro En efecto, ella viene en linea recta de aquellas piadosas avecillas que consolaban a Cristo en la cruz, arrancándole de la frente las espinas, y ese cazador y yo venimos de los que se las pusieron.
Este impío Nemrod habrá recorrido en vano, durante todo el día estos montes vecinas, y no se ha resignado no disparar su escopeta. Ya se ve: compromete mucho esto de salir de casa arma al brazo. Como volver sin haber hecho sangre! En cambio, ese mismo no se avergonzará de volver muchas noches sin haber dado limosna un poivre.
La cosa ya no tenía remedio: el tiro fué certero, y lo tinico que yo he podido hacer, para no dejar en lan wal lugar el género humano, ha sido dar la golondrina piadosa sepultura en tan rincón del jardin.
La he enterrado al pie de una palmera, como ella hubiera deseado descansar, si es que pensó en esto, que nada se sabe: y alegran su tumba, en torno del suelo removido, una opulenta mata de geranios y un rosal blanco.
Poca tierra he tenido que sacar para hacer la fosa. Pobre animalito!
En qué poco espacio cabe! sia embargo, mandaba como soberano en los aires, y de Africa se venia España, como yo voy del emmedor al salón.
Habrá en el mundo quiea po las hava envidiado viêndolas volar? Si hay alguno, tengamos lástima de él, porque eso es que se encuentra gusto en la tieEn la tierra, donde viven los ingratos!
Qué pena causa ver en el suelo lo que tuvo alas y se cernio altivo en el espacio. Por eso son cosas tan tristes un pájaro muerto y un alma caída.
En los otros seres, los que andan atados a la tierra sin proxier dejar nun.
ca sa impuro contacto, no parece caso tan Jastinoso verlos caer sin vicia. No wajan de tan alto, y ya en su actitud mientras vivez, con la mirada hacia el suelo, los pies palpáticole cautelosamente, parece que andan buscando el ine.
jor sitio para echarse y morir.
El hombre mismo, que apenas ha conseguido otra ventaja que empinarse un poco sobre los demás pabiadores del mundo, le recorre de un extremo otro en busca de algo que el no sabe lo que es, y que no es más que la tuamba.
Pero el hombre lleva dentro un pájaro, cayo vuelo no alcanza ningún otro.
Sube el alma bumana, guiada por la oración, o por el recuerdo, por la esperanza, y tan alto sube, que no hay en el mundo alas que la sigan. El ruiseñor desde la copa del árbol, la golondrina, en la espadana de la iglesia y el águila en su altísima roca, se preguntan asombrados cuando pasa. dónde irá tan alta?
Y, pesar de ello, si no hay alas que la alcancea, el alma tiene también sus cazadores. No la tiran cuando está en lo alto, que no la dieran entonces, sino que aguardan una de sus impensadas caidas un breve descanso en tierra.
En esta caza solo hay un cazador que tenga licencia de armas. Es uno que usa flechas: da, al parecer, sin saber en donde, porque se finge ciego; pero da siempre en el blanco.
22370 Durante la estada de la familia real Tata que tanto ama los niños, visitó un dia lleva su nombre Una agraciada alumna recitó una poe sitante, mientras las otras rodeaban la sol Carmen Sylva acarició a las niñas, inter diversos asuntos.
Quién es Carmen Sylva. preguntó cioso auditorio. Es el nombre literato de su majestad, Qué significan las palabras Carmen Esta inesperada pregunta causó algun niñas. Todas se miraban la una la otra. había pedido. La reina misma se encargó esas palabras. Cuando era pequeña como por el bosque y escuchar el canto de los p: clios y es por esto que adopté el ronibre lati canto, y de Sylva, bosque.
T8.
Caración de niños inquietos El caso es relatado por el Director de la el Doctor Maxwell, en un informe que ha sid Un niño de parientes pobre de 14 and pendenciero, desobediente y holgazán de la ci ese niño padecía de vegetaciones adenoides y Ei facultativo juzgó que estas dolencias debí provocar la pésima conducta del sujeto, deten dad del niño. Sin perder tiempo, procedió a la pólipos. Cosa extraña: el carácter del nifio asombrar a los maestros y sus padres.
El director de las escuelas, ante tal resu do un excelente medio de curar los caracteres neral, de hacer examinar cuidadosamente tod persuadido de que con esas extirpaciones hech formar excelentes escolares de los que eran

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