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Un liombre, joven, de nobleza lleno, Ne baño con la luz de su mirada Al contemplarme en él, enamorada, Mi ser entero refundi en su ser.
Hado fatal arrebató ini dicha Pues mi esposo murió. de su caritio Ne queda el tierno y delicado niño y quien amparo yo débil mujer.
PAGINAS ILU BELLEZAS HON No disfrutó mi hogar de la riqueza, Pero nunca faltó nuestro sustento; Mas hoy luchar con la miseria intento Porque me anima el maternal amor.
Este tiño es el sol de mi alegria, Mi tormento también, pero lo adoro.
Protegedle, mi Dios: es mi tesoro, La fuente de mi dicha y mi dolor.
Solo una madre comprender sabría Como ese amor inmenso me arrebata, Hace que viva y que sucumba grata Bajo el terrible peso de mi cruz.
Me duele el corazón cuando contemplo Al inocente sér idolatrado, Que en ese triste y miserable estacio Se oculta temeroso de la luz.
Dicen que el tiempo y la desgracia, apenas Hau marchitado la belleza mia; Por hacerle feliz tal vez podría.
Mas no, primero deberé morir, Antes iré pedir avergonzada Un pedazo de pan aquella puerta: Está la calle la sazón desierta.
Es el momento en que debemos ir.
Pero ensayemos antes si conmueve Su corazón el arte que, divino, Es destello de Dios, y tu camino Alumbra con su mágico esplendor; Toma el aros y arranca al instrumento, Tu amigo fiel, su dulce melodia: Lo que mi labio con temor diria Tú lo dirás con tu violín, mejor.
Toca el pequeño artista. Cuando termina, se abre un balcón de la casa y una señora le arroja una moneda que el niño recoge vidamente.
Señorita Judi Na Alforo Cooper San José 2382
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