Guardar

Dos Senderos Madre!
BALA vi mi amigo Tobias VILLANEA ER la nucrte de su guerilla madre Entornad, hijas que el vivo resplandor que alegra y purifica la aumenta tri dolor.
Ventid utás junto a muiy que pronto a morir vos.
Grabad en vuestras alm el consejo que os doy.
Nunca anthelés el oro, causa es de perdición; y al que dicha placer di lutego humillación, Vivid en el trabajo: virt sed de piedad modelo: así seres queridas y dic os vere del cielo.
Inclinó la cabeza so sits Mijas miró: pero al mirarias, cabra sonriéndose espiró.
En los rudos combates de la vida, cuando el hombe se siente desfallecer; cuando la desesperación nos estrecha con furia y el dolor hinca su diente en el corazón. sólo hallamos alivi) en la ternura y el cariño de la madre que nos consuela y nos fortalece.
Tener madre es sentirse grande, es sentirse feliz. Por esa bendita anciana somos buenos: por ella algo valemos.
Infelices de aquellos que no lo comprenden así!
Al darnos la vida, una madre ha arriesgado valerosamente la suya. luego. cnántos desvelos por dar calor al fruto de sus entrañas, por alimentarlo con el dulce néctar de su pecho.
Más tarde, precupada de nuestro porvenir, nos enseña a amar a Dios y nuestro prójimo, y nos muestra las zarzas del camino de la vida y nos prepara para las luchas por la existencia, con un desinterés tan grande, que es capaz de ofrecer hasta la última gota de su sangre en cambio de nuestra felicidad Cuando ese engel bien hechor levanta el vuelo hacia las regiones del misterio, dejando el hogar que sus alas protectoras cubrieron amorosas, es Chando se sufre del único dolor que hace verter lagrimas alandantes justiti.
cadas: y el hombre que en este caso no llora, po es hombre, di siquiera unimal, porque ann éste llora lit pérdida de la que le dió el sér.
Cuando se ha tenido una madre Dueba. virtuosa, ejemplar, si el dolor de su desaparición es ain más intenso, también es cierto que cabe la inmeftsa satisfacción de que su memoria es sagrada para todo el mundo, de que su hermoso recuerdo da valor al hombre para soportar el peso enorme de la desgracia que el destino arroja sobre sí.
Yo ain soy feliz, porque mi felicidad consiste en tener viva mi adorada viejecita. Tui, amigo Tobías, perdiste la tuya, perdiste esa felicidad incomparable: pero bien se que en las noches de tu duelo, en medio de las sombras del dolor, bajará la imagen de tu madre iluminar tu corazón, ese pedazo del suyo que ella en vida spo former con sus sanos consejos y sus virtudes. Es preciso partir!
has descansado va.
De la ermita la luz brilla el sol se oculto ya.
Ilas descansado va. Cau meciéndose en sit nido: y de aquel lago de azula se escucha el malso ruid Has descansado yil. Des en la ermita recemos: Yalla en la gran ciudad que trabajo encontremos Marta. la mujer, que de frescos labios rojos, de curiosa voz. negra 11 y de rasgados ojos: con Dália. la menor, can de frente nacurada, claras pupilas llenas de cabellera dorada.
llegaron a la ermita, rá suavemente llamaron: einpujaronla al ver que e y dentro penetrarou.
Daniel Creta Junio 27 de 1907. 10

    Notas

    Este documento no posee notas.