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Por delitos, no lo dudo.
Pasar el cordel no pudo se escurrió poco a poco: El verdugo medio loco, Dijo después de caído. Jamás me había sucedido!
y el cotudo: mí tampoco!
Un cotudo entró muy tieso una iglesia por oir misa, Rociándose toda prisa De agua bendita el pescuezo.
Una chusca advirtió en eso le dijo muy formal. No se cura así su mal, No haga extravagancias tales; La agua quita los veniales su coto ya es mortal. ca re du 90 cl ta Idilio de in et 11 ca SI се fo Descendian las sombras nocturnas, de rumor se poblaban los campos, entre tanto en la faz de los cielos parpadeaban muy tiernos los astros.
En el cáliz fragante del lirio jugueteaba la brisa cantando, y las rosas muriendo soñaban con los petos de encaje y de raso.
La laguna rodeada de sauces se ostentaba en el medio del prado, y muy cerca la fronda sombría y en su seno el cocuyo brillando. lo lejos, allá tras los montes, se tiñeron de un ámbar muy pálido los celajes, y entre ellos sonriente se fué alzando la luna al espacio.
Al través del follaje de un sauce importuna su luz penetrando, sorprendió la caricia amorosa de una joven pareja de patos.
El galán, ante el rayo esplendente elevando el copete nevado, dijo: Amada, la luna nos mira. y en un tiempo las aguas volaron.
Parecían dos góndolas blancas la luz de la luna bogando, entretanto que allí sobre la onda continuaba el idilio y el diálogo.
Enlazaron de pronto los cuellos, descendieron al fondo temblando: y las ondas, las complices ondas, el idilio salvaje ocultaron. re р11 Francisco Montesinos Aguero 2544
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