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Moneda, junto con la Gran Opera de París y la de Viena, forma la trilogia clásica del arte musical europeo. Allí permaneció tres años y parece por demás advertir que en lugar tan selecto tuvo oportunidad de ver y estudiar de cerca y con perfección las obras de mayor importancia del repertorio de ese teatro modelo, así como las novedades musicales más notables del mundo.
Tal es el bagaje artístico con el cual viene Costa Rica ponerse al frente de las Bandas Militares de la República. En consecuencia, se puede augurar con justicia el más favorable éxito la tarea del señor Loots, cuyo influjo bienhechor ha de reflejarse también, sin duda, en todos los demás aspectos de la cultura lírica de Costa Rica.
Ondas de color Desde el oscuro aduar en que vejeto el mar de la existencia contemplaba, una ocasión en que caían del cielo sollozando las gotas de la escarcha: y en ese mar profundo y preceloso mil ondas de colores se agitaban: unas en su camino iban llorando, unas reian, y otras murmuraban frases como de amores que nacían envueltos en pañales de esperanzas.
Pasó primero, sonreída y tímida, coronada de espumas, la onda blanca, y fué besar la frente encantadora de virgen niña que inocente y casta, contrita y de rodillas, reverente, al pie de los altares comulgaba La del amor, la azul, que pasó luego, la del amor sin mancha, envolvió en un abrazo de ilusiones una joven pareja que vagaba por el suntuoso parque en que lucían las flores sus corolas perfumadas.
Pasó después la roja: pasó como rugiente catarata, sorprendió los ebrios y rameras manchados por el lodo de la crapula.
Luego vino la gris, la que en su seno el hondo desengaño retrataba, y besó la cabeza del mendigo y del anciano humedeció las canas.
De ella detrás venía la honda negra, la onda de la desgracia, con su cortejo lúgubre de sombras, de súplicas, protestas y de lágrimas; y al pasar por mi tienda de bohemio con sus espumas empapó mi alma; y dejó maldiciones en mis labios, dejó rugidos de impotencia y rabia, y siguió su camino magestuosa fué perderse en la remota playa.
Francisco Montesinos Aguero (Venezolano)
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