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t S t с que las iras gubenarmentales alcanzan no tan sólo los republicanos, sino los inismos conservadores. Los prolegómenos del estado excepcional por que hoy atraviesa el reino lusitano son curiosos y valen la pena de conocerse. Véanse: El padre del actual monarca poseía como bienes propios, los de la casa de Braganza constituidos por vastos campos agrícolas. Don Luis I, que así se llamaba aquel señor, era bastante amigo de gastar y, en cambio, poco cuidadoso de sus bienes, dando lugar que aquellas propiedades no sólo decayeran sino que en su mayor parte esta ban hipotecadas por sumas cuantiosas. Muerto Don Luis vino poseer todos los bienes su hijo Don Carlos, que hoy se sienta, no del todo cómodamente, en el trono portugués, encontrándose con un buen puñado de crédito, pesando especialmente, sobre las fincas mentadas.
La lista civil del Rey de Portugal, es de 365 contos de reis, que son próximamente dos millones de francos; en 18 años que lleva reinando y atendiendo los muchos gastos inherentes su elevado cargo, dicen los diarios portugueses, no es mucho lo que puede haber ahorrado Don Carlos pues no obstante, las fincas de la casa de Braganza se han liberado y aún ha habido economías tan cuantiosas que han permitido depositar fuertes sumas en los bancos de Inglaterra. Al preguntarse las gentes de donde podían salir las misas, se contestaban que solamente de las arcas del tesoro; pero como de éstas no es posible sacar nada sin el conocimiento y el consentimiento del Gobierno, había que suponer la complicidaa de los ministros que, de unos años esta parte, sufructuaban el poder.
Todo esto, empero, se decía y comentaba aloido sin que la menor indiscresión pública lo ecliase al mercado; pero en noviembre del año pasado, sin que nadie le preguntase el actual Presidente del Consejo, el mismo que la impuesto la dictadura, dijo en plena Cámara de Diputados, que «la casa real había recibido ilegalmente cuantiosos adelantos y añadiendo que si él llegaba ser Ministro, no daría ni un cinco más de lo que la ley permite. llegó a ser Ministro, por cierto con el que ahora es jefe del partido republicano, y de su paso por el ministerio quedó muestra de hombre moral y enérgico, pero nada más.
Hay que tener en cuenta que el Sr. Juan Ferreira Franco Pinto Castello Branco, que así se llamaba el presidente del Gobierno portugués, siendo diputado, en 1900 1901. declaró en el Congreso que habiéndose modificado de una manera absoluta su manera de pensar en la forma de gobierno, se arrepentía de sus anteriores manifestaciones que habían sido ultra conservadoras. El efecto que esto produjo es de suponer. Vióse acariciado por los republicanos pero él no aceptó su apoyo, dedicándose formar un partido propio que si no numeroso fué de importancia por haber llevado él muchas gentes que nunca habían figurado en política; y sea por lo que fuere llegó verse Presidente del Consejo. y con tal carácter vuelve a decir en el Parlamento lo mismo que había dicho antes, ratificando sus orientaciones liberales y democráticas.
Hay que confesar que en cuanto ese señor Franco se hizo cargo del Poder los partidos de oposición le hicieron cruda guerra, pero él en vez de apelar a la serenidad y la política de atracción, tomó el camino contrario y empezó con los palos de ciego, dando lugar a la situación actual que nadie sabe como acabará. No tiene Don Carlos en su favor ni grandes prestigios ni acendradas simpatías; y que la cosa es de cuidado, lo demues2552

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