Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
coche muy entornados los azules ojos, vistiendo traje de crugiente seda, la Champañia llegó: todos callaron, y así dijo a sus intimos colegas: Yo soy la aristocracia entre vosotros: yo vivo entre la gente de primera.
Soy rica, soy querida, tengo do luce mi corona de princesa es mi lecho de mimbres; tengo esclavos.
Me sirven en cristales de Bohemia y perfumo el aliento de las damas, si las damas se acercan y me besan.
Calló, y entraron dos: uno un labriego y la otra una simpática trigueña muy delgada y flexible: era la Caña, la hija de las montañas de la América, El otro era el Cocui, flor del arroyo, el hijo humilde de la humilde Penca.
Hablaron y su acento parecia el canto de las aves la selva. Nosotros los sencillos campesinos no cantamos estirpe ni riquezas, que al són del tamboril y las guitarras alegramos las de la aldea, cantamos en las bodas de los pobres y del pueblo asistimos a las fiestas.
Somos los que inspiramos heroismos porque somos la sangre de la tierra!
Francisco Moniesinos Aguero Víbora negra En el Africa austral hay una vibora que cual ninguna aterra: da la muerte instantánea su veneno, es negra, horrible, diminuta y ciega.
En el humano corazón los celos son la víbora negra: también son ciegos y también la muerte en el silencio y en la sombra llevan.
Adolfo León Gómez 2561
Este documento no posee notas.