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guaApoteosis literaria azón cibio sessesitrioodos de abía obsabo, e es exiesa.
tida ban treloy sus rio Un número reciente de El Figaro, la preciosa y culta revista de la Habana, trae una descripción tan interesante como minuciosa de los festejos que para glorificará Pichardo hace poco celebró la ciudad de Villaclara. Pichardo es un poeta de inspiración alta y viril: su voz no sumerge nuestro animo en el crepúsculo de un sueño cuyas líneas apenas se esfuman en el azul de la mente, sino que exalta la inteligencia con las visiones palpitantes de la realidad. sólo que para obtener esos triunfos el poeta ha de vestir la realidad, como lo lace Pichardo, con los atavíos de una reina que deslumbra y arrastra las multitudes.
Efectivamente, cuando leemos estrofas de Pichardo dijérase que asistimos un desfile de ideas modernas, sí; pero que lucen el atalaje glorioso y deslumbrador de aquellos luchadores que, ceñidos de laurel, se pasea ban gallardamente en los estadios de Olimpia. Pichardo es un poeta que ha conquistado la gloria y esa gloria se disuelve como una lluvia de oro sobre su pueblo natal, Villaclara, que lo ha proclamado con orgullo su hijo predilecto y que lo lia agasajado con fiestas cuya grandiosidad y esplendidez alcanzan la magnitud y los entusiasinos de una apoteosis. Cuba siempre ha sido un pueblo espiritual, que se complace.
como un místico de antaño, en las cosas de la vida superior y etérea; y no es de ahora esa cualidad que tanto lo enaltece y que lo hace apto para sentir y saborear con intenso deliquio los goces de la imaginación. Cuba siempre la comprendido sus grandes poetas; no los habría honrado como los líonra, si en realidad no los comprendiese. El caso de Pichardo no es único: la Avellaneda fué objeto en otrora de in homenaje parecido; doña Luisa Pérez, tía de nuestro querido Doctor Zambrana. una poetisa de menos renombre, pero no menos inspirada que la Avellaneda. de quien Bretón de los Herreros decía. es inucho hombre esta mujer. doña Luisa Pérez: le hicieron sus compatriotas una ovación que hubiera envidiado Corina, cinco veces vencedora de Píndaro.
Ahora es Pichardo, el hijo ilustre de Villaclara, quien recibe en Cuba los honores del triunfo. Siempre acreditan estas hermosas manifestaciones un grado muy superior de cultura y de intelectualidad en el pueblo gentil que las lace: muy culto es a todas luces el pueblo susceptible de sentir y amar la belleza en medio del mercantilismo feroz que circula por el ambiente y que sólo lleva los nervios sensorios las emociones brutales de la lucha por la existencia. Pero la apoteosis de que en buen hora ha sido objeto Pichardo tiene en este momento histórico una significación más consoladora y más alta: sí, ella dice solemnemente que el pueblo cubano siente y afirma hoy más que nunca, con afirmación categórica, la supervivencia de su personalidad por sobre los elementos exóticos que se han encargado de dar solución sajona al problema político. Qué es lo que en el fondo caracteriza y define un pueblo? Su manera propia de sentir y pensar. Hay que buscar, por lo tanto, en las ideas ambientes la fisonomía personal de un pueblo: ellas son las que 2623 do ero ele

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