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y la albarda, es lilación precisa de que si afioja ba las piernas las abría. caían las hojas. y por consecuente, el jinete; el miserable va por miedo de la caída porque correspondiese el suceso su imaginación.
apretaba las lojas y por inmediación la albarda, con lo que consiguió no caerse y creyó el hechizo brujería. ra salió jinete. Divulgóse la noticia y lubo de conseguir el guanaco algunas utilidades, curo hecliizo consistió en la simplicidad y engaño de algunos otros: con este conocimiento, los mozos que van con las partidas de ganado, hacen su prevención de látigos, asiales tahonas, como ellos dicen, pintan el palito con un clavo incendiado. de varias figuras caracteres y los van vendiendo a los simples, por el camino, y con esto consiguien el mantenerse al regreso: los que los compran, piensan que ya son valientes con el látigo que han adquirido costa de su dinero y su sencillez.
Termina su obra el antor con un proyecto de Colonia Agrícola Penitenciaria y cou un Cuadro de Estadística Criminal Antigua de Cartago.
El libro del señor Alfaro es digno de encomio, y nos complacemos en felicitarlo por su valioso estudio de criminalogía centroamericana. De Revista del Archivo y de la Biblioteca Nacional de Honduras)
Sombra luz Don Daniel Ureña la publicado en folleto el «pasatiempo dramático. así lo llama él. que se estrenó ahora poco en el beneficio de la señora Millanes, quien galantemente lo dedicó el poeta costarriqueño.
Sombra y Luz. que así se llama el poema. es un diálogo, escrito en fluido romance, que sostienen dos esposos, uno de los cuales, el hombre. liabía perdido la razón. dando en creer que había matado su esposa, la cual desconocía y rechaza ba. Esta observa la impresión londa que causa en el pobre y querido demente el recuerdo de sus amores, y.
en uno como rapto de clarividencia, con apasionado acento le refiere su propia listoria para enlazar con este hilo de oro el espíritu del demente y sacarle del antro oscuro en que brega hasta el empíreo sublime de la realidad, donde ella con los brazos abiertos le aguarda. El loco recobra, en efecto, la razón. Yo no podría saber ni decir qué grado de eficacia tiene en verdad el procedimiento psicológico por el poeta empleado como nudo de su pequeño drama: pero el ardid, tal vez eundoroso primera vista, me parece de resultado verosímil. y eso basta. Para lo que no tengo reparos es para la versificación. curos octosíla bos saltan y juegan en el aire como los surtidores de una fuente luminosa. Así se versificaba antaño.
Gusto Facia 26;3

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