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A la Luna LI Romance inspirado en la lectura de un capitulo de La Atmósfera. de Camilo Flammarion.
Pero. es verdad. blanca Luna, que eres sólo un astro muerto, y que en ti dominan siempre la soledad y el silencio?
Tú liabrás tenido liabitantes de cultivado talento: poetas, legisladores, santos, magnates, guerreros.
nas ya rid bal her ofe en mi ¿Es verdad que son tus días más que nuestras noches, negros, y que oscuro se destaca siempre el fondo de tu cielo. Ay. Dónde están tantas glorias. dónde rápidos fueron los días tan venturosos de tu juventud, ya muertos. Será también de la tierra el fin tan triste y funesto. Perecerá todo cuanto hoy está de vida lleno. Es verdad que en ti no existe ni aun el rastro más pequeño de pobre vegetación.
ni de vida en leve insecto?
nes el Es ta COI Es de los Pe na tie do ¿Es verdad que comparado ti un árido desierto, más grato que tú resulta y más alegre y risueño?
Sí, morirá: que en el mundo no hay nada que sea eterno; todo es fugaz, transitorio, efímero, breve, incierto.
וון Se apagarán los volcanes; se secará el mar inmenso: en manto de espesas nieblas se tornará el claro cielo; ng cis en ра ul ¿Es verdad que el Sol te alumbra con resplandor tan siniestro, cual luz de lámpara triste que alumbra en un cementerio. Ay! Dios mío, si son ciertas tantas cosas como leo en estas páginas doctas. cuán tétricos pensamientos. que el entusiasmo me biela la fé perder me han hecho sólo al verte, blanca Luna, despiertas en mi cerebro!
y en los abismos profundos con rudo, infernal, estruendo, se huudirán las altas cumbres de los montes más soberbios.
са ות de za di SI Tú, sin duda, habrás tenido en otros felices tiempos vegetación, luz y vida, y populosos imperios. Qué quedará de nosotros. Ay! ni siquiera un recuerdo que nuestro nombre eternice; sólo un vasto cementerio que cruzará el ancho espacio triste, obscuro, frío, lento, cual tú, Luna, cuya suerte seguirá el planeta nuestro de de Adalmiro Montero (Alicantino)
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