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Gl italianito Para Páginas Ilustradas Las ideas que tenía sobre la inmortalidad de la materia y su incredulidad en una fuerza creadora replegada en algo inmaterial. hicieron que se tachara de irreverente aquel anciano.
Lo creían desprovisto de sentimientos: para todos era el hombre que odiaba a los hombres y que. para hacerlos infelices les inculcaba aversiones, odios y dudas.
Aquella tarde, sentado en un sillón de la barbería, esperaba su turno para arreglarse. Había escuchado con atención dos limpia botas que desata ban su cólera contra un italianito, quien en busca de trabajo había entrado en la barbería diciendo con su vocecita delgada: se lo limpio lo zapato? Lo querían echar del establecimiento porque según ellos explicaban les iba a hacer la competencia en su mismo dominio.
El anciano, abandonando su asiento, se dirigió a los dos limpiabotas y les dijo con una voz cadenciosa que expresa ba sus sentimientos de verdadero cristianismo. Por qué arrojáis del establecimiento ese desgraciado que. como vosotros, busca el medio de vivir trabajando? Amiguitos, no sabéis siquiera las circunstancias que lo obligaron abandonar el cielo purísimo de la ciudad que lo vio nacer, Génova; no sabéis que dolorosos pensamientos agitan su alma infantil. La religión que se os enseña dice que ese clicuelo es vuestro hermano. pues bien, queredlo como un hermano más pequeño, más débil, puesto que no goza como vosotros, del consuelo de las caricias paternales. No véis cómo en sus ojos se refleja la tristeza, no escucháis cómo vibra su VOZ con una ternura indecible al ofrecer sus servicios a todos aquellos que llevan sus zapatos sin brillo? Cada respuesta negativa es, para él, una frase qne le here: no se le permite que gane honradamente lo que ha de comer. Acordaos.
él no tiene como tenéis vosotros, quien vele por su alimentación. Por qué lo odiáis? Porque viene de lejos arrebataros el pan de cada día? Debéis pensar en el porvenir; mañana, cuando el huracán de la desgracia amenace vuestra solitaria barquilla, encontraréis el premio de las buenas acciones que hoy concedéis los desheredados. No le llaméis extranjero, esa palabra no debe escucharse en los labios de una persona que sabe cumplir con los deberes que le imponen sus sentimientos elevados, todos, todos, somos hijos de una misma patria, el universo: y no deben existir odios entre individuos que viven agobiados por la autoridad de dos jefes distintos impuestos por el egoísmo de los hombres.
No expulséis de vuestro lado ese pobre genovés, tendedle los brazos, proporcionadle trabajo, haced que con vuestra amistad cariñosa.
sienta menos dolorosa la separación de sus padres y la ausencia de aquellos sitios queridos hacia donde lo llevarán amenudo sus recuerdos.
Haced de ese desgraciado vuestro amigo. porque los amigos mejores son los desgraciados.
Conmovidos con aquellas palabras los dos limpia botas olvidaron su cólera contra el italianito y enseguida, cuando uno de los clientes de la barbería pidió que le limpiaran su calzado, ambos muchachos, recordando las palabras que acababan de oír, cedieron aquella ocasión de trabajo al joven peregrino en cuyos ojos brillaban dos lágrimas de agradecimiento, Gosé Fabio Garnier 200 de documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lisano del Sistema Nacional de Beliotecas del Ministerio de Cultura y seventud, Costa Rica
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