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Antonio, quien nunca omitió sacrificio por secundar sus nobles deseos de perfeccionarse y hacer una carrera completa.
Elegida la bella capital belga. Bruselas, para centro de sus estudios, allí permaneció dedicada por completo ellos. Continuó el piano con lecciones particulares del Profesor Luis Van Damm. del Conservatorio Real, y en este acreditado centro se dedicó también al estudio del arpa.
Estudiaba de a horas diarias, y muy pronto sns adelantos interesaron vivamente sus maestros. La renombrada fábrica de Pia110s y Arpas de Erard. de Paris, le regaló una magnífica arpa. prometiéndole además toda clase de facilidades para la adquisición de ese instrumento cuando viniera enseñarlo en Costa Rica. Las repetidas y valiosas recomendaciones espontáneas que sus profesores de Bruselas licieran de sus méritos y adelantos al señor Ministro de Costa Rica en París, don Manuel María Peralta, fueron siempre trasmitidas por él al Supremo Gobierno con las más encomiásticas frases de elogio y justicia para la distinguida señorita que la muerte ha hecho desaparecer; y el actual Gobierno creyó un deber estimular a la señorita Zelaya, otorgándole un auxilio que recibía desde hace un año, y que hubiera continuado hasta la terminación de sus estudios, ya muy cerca En varios conciertos lució sus progresos Pachica, como cariñosamente la llamaban su familia y amistades.
El último fué dado por el Profesor Van Damm, como audición de sus mejores discípulas, el 20 de junio del presente año, en la «Salle du Cercle Catholique de Bruselas, y en el cual ejecutó ella magistralmente un Scherzo de Chopin y la Fantaisie Hongroise de Liszt, con acompañamiento de un 29 piano. Rara coincidencia: la fecha de este último concierto, fué la misma en que hace años abandonó su patria!
En la anterior audición dada por el Profesor Van Damm en febrero del año pasado, en la Sala Erard, la prensa de Bruselas hizo especial mención de dos de sus alumnas, siendo la primera Pacífica Zelaya. Estas dos artistas, no diremos más alumnas, decía un periódico de Bruselas, nos han dado una audición llena de interés. De la señorita Zelaya hemos aplaudido la soberbia «Tarantella» de Liszt, ejecutada perfectamente, y el «Andante y Final del Concierto de Mendelssohn. artís.
ticamente presentado. Después de una temporada de descanso que acaba de pasar Pacífica en Génova, con su hermano don Ramón, había regresado Bruselas y se disponía emprender los trabajos de su último curso, con la esperanza de regresar si patria enseñar con fe y abnegación los vastos conocimientos adquiridos en el divino arte, cuando sucumbió inesperadamente. víctima inocente, asesinada. según lo comunicó nuestro representante el señor Ministro Peralta. En cuántos corazones ha clavado su puñal el monstruoso asesino, con tamaña crueldad! La sociedad custarricense la recibido con esta desgracia rudo golpe: el arte nacional se priva de una legítima esperanza de progreso y de engrandecimiento.
Pizinis Ilustra las participi del justo duelo y rinde este sentido recuerdo consagrado, como en varias ocasiones lo ha hecho, la memoria de una persona que deja con su muerte hondo vacío en Costa Rica, San José, setiembre 30 de 1907.

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