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Brinton, en la obra citada, y Rodolfo Cronau, en su precioso libro América, atestiguan la existencia del hombre, durante y después del periodo glacial. la Geologia debemos el hallazgo de huellas humanas, encontradas en Centro América, impresas en la toba de un antiguo volcán ya extinto y que se conocía con el nombre de Tizcapa, en Nicaragua. La dicha toba, de un tinte amarillento, se hallaba sobre una superficie de arena pajiza, y estaba cubierta por catorce capas bien distintas de piedra y depósito antes de llegar al fondo.
Atribuyen los geólogos, según Cronau, la arena conchifera cubierta por la toba la época perteneciente al periodo intermedio entre el plioceno y el eoceno. La capa de piedra, o sea la septima, contando de arriba a abajo, y que se hallaba sobre la toba, contema restos de mastodonte.
Si la ciencia no ha llegado todavía la resolución de tan graves problemas, no hay por ello que considerarlos irresolubles.
Monografias precisas, detalladas, de cada lugar del continente, registradas sobre la base de los actuales conocimientos científicos en la craneologia, arqueologia y la ciencia de la Tierra, acusarían quizás inmigraciones bien distintas al suelo americano.
ando el estudio de este hemisferio abarque un área más dilatada y al mismo tiempo más profunda del subsuelo, tal vez los hechos surjan como caracterizaciones de alguna teoria, sobre la cual aprovecharán hasta las menores investigaciones de cuantos han aspirado a su estudio.
Del hombre, de ese hombre cuyo origen se desconoce, es de donde habrá de llegarnos la luz esplendorosa de la ver lad.
Esperamos poder ampliar en sucesivos números de este Boletin, algunos de los conceptos sucintamente expuestos en el presente articulo. Lloret Pellido 2730
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