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A Cristoforo Colombo Recorriste la curva del hirviente oceano con la mirada fija en lo desconocido, en pos de un mundo nuevo al genio prometido, en pos de un continente que ocultaba el arcano.
El ponto proceloso cruzaste en soberano vuelo, como si fueras un cóndor atrevido; tu ensueño de vidente miraste convertido en un hecho, imposible para otro ser humano. las primeras luces de una rosada aurora, que fué peinar las crines de seda de la bruma, conquistaste la cumbre de tus anhelos grandes. surgió el continente bajo el dosel de Flora, como una nueva Venus de la nevada espuma, y el triunfo de tu audacia repercutió en los Andes.
Lisimaco Chavarría 2746

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