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Y me dormí señando en Nora y Lesbia, en Naya, en Nela y veia delante de mis ojos al anciano cura repitiendo. Parecían dos manzanas. Que pecado. Dios mío! y poco, al viejecito que se iba morir llorando mucho detrás de un ataúd blanco y pequeño.
Que hermoso ramillete de lirios. Qué libro tan sano, tan puro, tan bello!
Es una joya que guardaré siempre en el anaquel predilecto en mi libreria que sirve de estuche lo que elije y mima mi corazón de viejo.
Gracias por tan valioso regalo, por tan indulgente dedicatoria y crea que en mi tiene un devoto admirador y un sincero amigo.
Gran de Dios Peza 0CS le Paris, agosto de 1907. Rafael Angel Tropo Mi querido poeta: Gracias por su precioso libro, del cual me ocuparé en La Lectura de Madrid. Me encanta el ritmo suave y hechicero de su prosa. Un vigoroso apretón de manos.
Manuel Ugarte Quimera Como el árabe cruza los desiertos sobre raudo corcel en la batalla, de la vida los círculos inmensos en viaje espiritual recorre mi alma.
Espejismos detienen al guerrero, de pronto, en la vertiginosa marcha: dulce oásis ofrécele lo lejos, sus dátiles maduros y sus aguas.
Así tú, de mis tristes soledades, en las horas ardientes del combate, iluminas el ámbito infinito. aunque loco de amor vuelo tus brazos y así la eternidad me vas llevando, iré la eternidad tras tu espejismo!
Anónimo 2761

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