la La Hipérbole cole bía don Miguel de Unamuno.
Para Páginas Ilustradas Es liija de la América, de un continente amada, y nació en la grandeza del monte y la cascada.
taCreció en los Tequendamas; se agigantó en los Andes, tomó del cóndor, alas, y se exaltó en el fuego del magno Sol que a brasa nuestros ingentes bosques y los gérmenes hincha con su tórrido beso; del Sol, que en nuestras vísceras sus llamaradas prende y el corazón calcina y enciende el pensamiento.
Es la pompa prolífica de la Naturaleza que brotes acumula lo mismo que deseos, la sabia exuberante que filtra en tierras y almas y hace más pronto el fruto y el amor más intenso.
Es la fronda selvática, la trémula espesura de vibradores ramos como si fuesen nervios: el penacho altanero que corona las palmas y el aire desafía cual un «pompón» soberbio.
Es el virus rebelde que abate gerarquías: la improvisada turba que hace del gorro, cetro; la ambición que lo absurdo aspiraciones alza: la loca indisciplina contra todo lo excelso.
Es el enorme símbolo de un pueblo delirante que vive estremecido de Patagonia México: la arrogancia del boga, la intrepidez del gaucho.
la audacia del montuno, la fuerza del llanero.
Surca en los Amazonas y corre por las Pampas, sube a los Chimborazos y se expande en el trueno, buscando nuevas rutas de mundos infinitos, más allá de los curvos liorizontes inmensos.
Todo lo aumenta, ensancha, exagera, deforma; realiza sus destinos sin límites ni frenos, y el espíritu alienta de las heróicas razas que agotaron su vida en quimeras y ensueños.
Tartarines y Alonsos engendró, los que alzaron en cabañas, alcázares, y en molinos, ejércitos; utopias que alimenta su vanidad atávica, colosales y liermosas mentiras persiguiendo.
Buscó la Democracia para ocultar su orgullo, en el amor de Patria enfureció los pueblos, 2773