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Bibliografía María del Rosario por Daniel Ureña ruhan randes suya veces puede que lo apre.
as de y los un drama en prosa, bellamente escrito, por el culto literato costarricense Daniel Ureña.
Fué representado el año pasado en el teatro Variedades de Costa Rica, y su autor mereció del público y de la prensa, justas felicitaciones.
Esta obra, trágicamente dolorosa, parece vivida y sentida por Ureña.
El argumento es verosimil: un pedazo de la vida llevado a la escena magistralmente; desarrollado en un léxico sencillo y hermoso, exento de retoricismos banales.
Los personajes se mueven con naturalidad y conversan sencillamente. Ninguno sobra, ninguno cansa ni fatiga el espíritu. Todos perfectamente concebidos y delineados vienen la escena, presentidos, esperados. de los labios de unos y de otros brotan las palabras Sefiorita Maria Teresa Quirós con admirable sencillez. ahí es donde mi ver está casi todo el triunfo de Ureña.
En ninguno de los actos y escenas del drama decae el interés, el espíritu, la esencia de la obra que, dicho sea en honor de la verdad, lo es de trascendencia social, de crítica, de reconstrucción moral, de sana filosofía. Comenzada su lectura hay que terminarla de una vez. es esta, vista de ojos inteligentes, la mejor recomendación que puede hacerse de un libro.
ARGUMENTO MARÍA DEL ROSARIO es de humilde cuna, del montón anónimo, hija del pueblo.
Su padre es un viejo procer del jornal que quiere con entrañable afecto sus hijos, Timoteo y María del Rosario, quienes viven con él alejados de la ciudad.
En María vincula Jacinto las naturales aspiraciones de todo buen padre. Viendola crecer lozana y fragante como un lirio, pensó en llevarla la ciudad para que ingresara en un colegio y fuera alli educada. así lo hace. en el correr del tiempo María se forma una niña honesta, nutrida de sanos principios adqui ridos sin esfuerzo, sensible y delicada como un pétalo, toda ingenuidad y sentimiento Cuando la edad sonrosada de los dulces desasosiegos la sorprendió en su camino de lirios y de rosas, sintió en su casto corazón vuelcos inusitados, ardientes impresiones, y sin darse cuenta de la fuerza indómita que la conducía de la mano al país amado del frágil ensueño, rindió su corazón Ricardo, joven apuesto y de fácil decir. perteneciente encumbrada familia de la creme, hijo único de doña Chayito, dama de campanillas, vanidosa y necia y con más preocupaciones tontas en la cabeza que arrugas en la cara. Ricardo, verdadero retrato de su madre en cuanto preocupaciones e ideas, siguió pies juntillas los consejos de los amigos que le exhortaban perseverar en la carrera del calavera, del casquirroto, del donjuanismo. fué María del Rosario la elegida. en un día inesperado, al arrullo de las mieles que goteaban de los labios del perfido saturando su corazón de inefables sensaciones, cayó majestuosamente en sus 2779
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