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car nalel la finiOrlasa al, sencia seria garantía de moralidad en su conducta, y donde llevar a, en fin, con ventaja para las costumbres de su pueblo, la cultura y enseñanza de la capital.
De otra parte, es indudable que cada localidad progresaría más con elementos de ella misma, seleccionados con cuidado y educados con esmero, que con otros extraños ella. es porque el estmulo se establece mejor entre individuos de una misma condición, por los vinculos que existen entre ellos y por la convicción intima que adquieren de que el mérito es resultado del esfuerzo propio, y tienen conciencia de los medios lícitos empleados para obtenerlo.
La permanencia del maestro en una misma escuela, mientras no dé moti vo para separarlo en absoluto del magisterio, es de suma importancia; y más lo sería si tuviera su cargo todos los grados de la enseñanza primaria; es decir, que en vez de ser maestro de grado, sea maestro de escuela con el número de niños que le corresponde, ascendiendo con ellos cada año hasta el grado superior, para recomenzar después con nuevos discípulos desde el primer grado, y llenar así sucesivamente su importante cometido.
Este sistema es in defectiblemente más ventajoso para el maestro, para los discípulos y para la enseñanza en general. Para el maestro, por cuanto forma realmente su carrera; es decir, siente todas las ambiciones que alle de modo na.
tural despierta, y experimenta todos sus estímulos al contemplar, en los periodos que comprende la enseñanza, el resultado efectivo de sus cuidados de su cariño, de sus afanes, de su instrucción, de su competencia, en fin, manifestado en un grupo de jóvenes de quienes en ese mismo tiempo ha llegado posesionarse en absoluto, haciéndolos suyos, dominando sus corazones, desarrollan lo sus inte ligencias, y en quienes, al formar el carácter, ha labrado el suyo propio con el aprendizaje de determinadas reglas y procedimientos puestos en práctica con especial interés de acierto y con resultados inmediatos y positivos, que le hacen tener conc encia de haber formado hombres y corazones y de ser digno de llevar el honrosísimo título de maestro. De otro lado, vendría ser el amigo predilecto de las familias de sus discípulos, porque en los mil incidentes ocurridos con cada uno de éstos durante el prolongado tiempo de la enseñanza primaria, tendría que entenderse con aquéllas, aconsejando tal o cual procedimiento en el régimen del niño, dandu talo cual queja, acusando tal cual defecto en él, actos to tos estos que comprometerían la gratitud y el aprecio de los padres, como reveladores de verdadero interés por sus hijos, que constituyen sus más íntimos afectos y son objeto carísimo de sus más halagueñas esperanzas, así como de sus más profundos temores Es esta la única manera de que el maestro todo entero se refieje en sus discípulos; es decir, la obra en su autor, y el medio único de hacer del magisterio verdaderamente una caarera.
Obtener un diploma porque se han servido muchas escuelas sin mayores resultados, o porque, según examen presentado ant: un tribunal competente, se conocen bien las materias de enseñanza, aunque no se se pan enseñar debidamente, porque se ha servido el mismo grado en muchas escuelas, obteniendo satisfactorios promedios, eso es tener simplemente un título para desempeñar éste aquel puesto en la enseñanza pública, con mayor o menor retribución del presupuesto; o, lo que es lo mismo, hacer carrera, pero carrera de empleado público. Por estos medios podrán satisfacerse necesidades personales, pero no se llega levantar jamás su propia altura ni revestir de dignidad y de carácter el magisterio.
Por lo que se refiere al niño. cuántas consideraciones no se presta el grave inconveniente de cambiar de maestro en cada grado; de llegar a los doce años con cinco maestros conocidos, por lo menos, sin vivir en el recuerdo de ninguno de ellos ni recordarlos su vez; sin conservar el más pequeño vestigio del carácter ni de los méritos de aquéllos, porque fueron tántos y tan diversos en su indole, en su educación y en sus tendencias que, sin pensarlo y sio quererlo, unos los otros fueron desvirtuando sucesivamente en el corazón y en las facultades generales del niño la obra del antecesor! no se crea que la existen 2837 ía an na a.
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