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Páginas Ilustradas Revista Semanal Año IV Director, Próspero Calderón No. 173 Ocarina agreste Como una estrofa ingenua moduló el corsal una canción de notas largas, canción de despedida, al potro de la tarde de crin enrojecida, y apareció en las sombras el cráneo de la luna.
El bosque silencioso dormitaba. Ninguna montesa de aquel campo bajó por la avenida que se interna en el triunfo de la milpa florida, donde el fuerte labriego esperanzas aduna.
Como se hunde el arado en la tierra del abra, como se hunden las hachas en el pie de la encina, las hachas triunfadoras cuando el rustico labra, hundiose en el silencio un aria cristalina de ritmo rumoroso, de vibrante palabra: fué el aria que la fuente ensayo en su ocarina.
Lisimaco Chavarría San José, Costa Rica. América Central. 24 de noviembre de 1907
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