Guardar

Crónicas Internacionales Especiales para Páginas Ilustradas No ha sido mía la culpa si de mi anterior ésta se han pasado más días de los que imaginaba. como la razón de la huelga forzosa no es de índole política, ni siquiera pública, quédese reservada a la curiosidad de los curiosos.
Gracias a Dios han terminado ya sus inútites tareas los congresistas de La Haya. El resultado ha sido el de nada entre dos platos, aunque haya sido mucho lo que entre sus platos hayan consumido los honorables sacerdotes de la paz.
Ei proyecto del desarme fracasó entre el mayor entusiasmo y sin duda para dar carácter jocoso la conferencia los delegados rusos y los norte americanos inventaron la ingeniosa idea de un tribunal de arbitraje, sistema Chocano, para reducir al mínimun el número de conflictos internacionales que pudieran suscitarse. Los discursos fueron elocuentes: las razones convincentes; los sentimientos expuestos los más nobles y altruistas, pero la idea tuvo el mismo fin que la del desarme, negándosele la posibilidad de realizarse.
La comisión, sin embargo, no ha querido que la noticia a pareciera desnuda y escueta y la ha vestido con todo el albayalde y almazarrón que ha tenido inano por medio de la pluma del conde Tornielli que la ha presentado al público así: La Comisión está unánime en declarar que si no es posible dejar establecido un convenio en el sentido desea do, las diferencias de opinión manifestadas no han traspasado los lí mites de una controversia jurídica y que por los trabajos de la confe rencia. los Estados han llegado a entenderse y aproximarse, así como demostrar elevados sentimientos en pro del bien común de la Hu manidad.
Después de esto se quedaron los conspicuos señores tan descansados. Es decir, hubo sus excepciones; Mr. Choate, representante de Estados Unidos, dijo que se abstenía de votar, pues semejante declaración significaba un retroceso indigno: Mr. Trs, delegado inglés, que sin andarse por las ramas dijo que en vista de tan ópimos resultados podía prescindirse de volver reunir la Conferencia: Mr. Nelidow. ruso, presidente del Congreso, que les echo la culpa los Estados Unidos, y otro señor sud americano que dijo sencilla mente que no era partidario de esas bromas.
Los que sienten de veras la clausura son los fondistas. Qué lástima! Mr. Clemenceau ha debido sufrir lo indecible con los bombardeos de Casablanca y los sucesos sangrientos de Marruecos. Qué horribles amarguras deben entristecer su corazón! No hay hombre que más tremendos sacrificios haya debido imponerse desde la presidencia del Consejo de Ministros.
Era allá por el mes de julio de 1882 y en las calles de Alejandría había un bochinche de todos os diablos entre egipcios helenos y malteses, vulgo ingleses estos últimos. Resultaron para mayor solemnidad algunos muertos.
Al día siguiente un diputado francés dirigía una interpelación Mr. Freycinet, la sazón Presidente del Consejo, que contestó que se trataba sencillamente de una riña como con tanta frecuencia ocurrían 2873

    Strike
    Notas

    Este documento no posee notas.