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Cartas literarias pr ра go la A la distinguida escritora doña Julieta de Mc Grigor vos, señora, que ostentáis en la frente una doble y fulgente diadema: la de la maternidad y el talento, os dedico estas humildes lineas, seguidas de otras tituladas La Madre de Familia. Ambas no son sino un pálido reflejo del respeto y admiración que os profesa, quien se honra con vuestra amistad y El autor pa an flo ent cu ag he ne LA MUJER PERÍODOS DE SU EXISTENCIA.
Presentar la mujer en los períodos más notables de su elad, en las cuasu la el cr tu ia fi lle in ia sa la SI in tr te no שון lo Paisaje en ios alrededores de San José Fot. Fernando Zamora el PI fr e tro estaciones de su vidi, deteniéndome en su infancia y decrepitud, es lo que modestamente me propongo ¿Cuán bella es la mañana de la mujer. Cuán impregnada está de fragancia, armonía y frescura! Es más seductiva que un dia sereno de abril, de esos apa vibles días en que las almas sensibles admiran al Creador con éxtasis arrobador! Cuántos encantos tiene!
La alborada vierte sus rosadas tintas en el horizonte, iluminando de una manera suave el grandioso cuadro de la naturaleza. La aurora, su tierna hermana, al rasgar el inmenso cendal que la cubre, derrama una lluvia de aljófar sobre el mullido césped, la cual al esparcir el astro rey su aurifera cabellera en el espacio, queda convertida en sábana diamantina o en inmensa red de plata.
Embriagadoras son las mañanas de abril, más pesar de tanta galanura y prestigio tanto, se muestra más plácida, risueña y purpúrea, la embelesante mañana de la vida. Todo sonrie, todo canta bajo el disfaso azul del cielo. La 28,

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