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Confidencias Su abanico blanco me dijo estas cosas: alla sempre tuvo palabras hermosas, cuando yo muy cerca de su boca flor, me balanceaba voluptuosamente, y escuché la honda confesión ardiente que labios profanos le hicieron de amor. tuvo sonrisas intimas y suaves y coqueterías y miradas graves de angustias y celos como de desden, y en las negras horas de resentimiento caien su regazo con abatimiento, cerrado y muy triste me apoyé en su sien.
Su coisé de seda me dijo estas cosas: cuando yo oprimía las gemelas rosas de sus blancos senos con dulce presión, sorprendi el secreto de muchas falsias y también la causa de sus alegrías entre los latido de su corazón.
Ella era indolente, frágil, inconstante, y en la llama loca de su pecho amante hubo el paraíso de un amor fatal, y aunque tuvo largos besos de dulzura siempre en esos besos dejó la amargura del engaño hiriente cual fino puñal.
Sus guantes con dulces palabras hermosas me dijeron pálidos todas estas cosas: ella tuvo bellos brazos de Marfil, temblaron al roce de besos livianos, y cubrimos dóciles sus sedosas manos con la más amplia gracia juvenil.
Llenas de amorosas gracias peregrinas sus manos de reina pálidas y finas fueron el tesoro, más encantador tranquilas y blancas cual flores de nieve, deliciosamente con ternura leve derramaron óleos y rosas de amor, 2394

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