gallarda y majestuosa, la gran sábana azul del firmamento; per únicas legiones de soldados, sus bosques seculares que marcharán gloriosos con parle los tumbos de sus mares: por único armamento, los brazos de sus árboles frondosos que se extienden al viento serenos, cariñosos, cual si estrechar quisieran de un abrazo toda la humapidad en fuerte la zo. Oh, Patria!¡Cuán mezquina, cuán débil pequeña la frente de las turbas que no sueña con tu rara belleza peregrina. Cuán estrecha te fingen las quimeras de esas almas que gimen prisioneras en los negros abismos de negros y menguados fanatismos!
Salve, tierra de amor! En este día de Inmaculada gloria.
Cinarcada por la paz y la armonía en una loja brillante de tu historia, sueño verte surgiendo del oscuro pasado de caducas tradiciones. Salve, tierra pujante.
pedazo de la Patria del futuro!
Tú has de ser libre y fuerte como eres de gentil y exuberante, no por vano capricho de la suerte ni por la voluntad de tus cañones, sino por los blasones ganados en la lid de tus deberes: por la hombría de bien de tus varones, por la emancipación de tus mujeres!
Los versos de Zeledón, como podrá juzgarlos el lector por los fragmentos transcritos, son cantos de la soluchas modernas, de las conquistag soñadas por todas esas almas nobles que se llaman socialistas.
Váganle al poeta paladín mis más entusiastas felicitaciones por Sus cantos de Vida y Verdad. Uriarte. De Nuevos Horizontes, de Santa Ana, El Salvador. 2902