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Nochebuena Colombina Justo Facio Del monte descienden ocho campesinos con sus herramientas, que llevan al hombro Todas las montañas, todos los camines, bañan de fulgores rayos purpurinos y hay olor de musgos y olor de cohombro.
Estin jubiiosos todos los ladriegos con las aleluyas de la nochebuena; junto a los portales preparan sus juegos y el músico ensaya, sin darse di lus ruegos, un fioreo antiguo que el espacio llena.
Las rosas y guarias fingen incensurios que aroman las vrisas con gratos olores; las aves del bosque riman himnos varios, y van los repiques de los campanari peinando la fronda vestida de flores.
Suspende sus cantos la agreste chicharra que habla de bochorno con sus retintines, y una dansi alegre la quietud desgarra, tuna danza alegre que da la guitarra entre los alegros que dan dos violines.
Ensayan las brisas fugaces canciones en la enredadera que enfioró las chozas; revientan las dalias que están en botones, y al compás del ritmo de los acordeones enarcan los talles los mozos y mosas.
Con los ojos mustios una viejecita sigue los compases de la antigua dansa; oye en los danzantes una ardienie cita y mientras st: sangre de placer palpita, acude su mente felis rememoranza.
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