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IV ABRIL Sin una brizna de verdura, la haza muestra su vientre gris y calcinado, que el colmillo irrumpente del arado entre nubes de polvo despedaza.
El Sol se oculta con miedosa traza entre el capuz de un lóbrego nublado y como el bronce viejo y deslustrado fulgura entre la sombra su coraza.
Un escuadrón de nubes se aproxima; la Madre Tierra permanece inmoble, hienden el aire culebrinas rojas; Ruedan truenos muy largos por la cima, y con un sordo y funeral redoble suenan los goterones en las hojas, 2952

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