bus y castas pasando por la esclavitud y la servidumbre, y la opresión de la mujer, y acercándose cada día más una organización social fundada sobre la fraternidad común. Vémosla en el orden material desde el tiempo en que estaba adherida, por decirlo así, la naturaleza identificada con ella, hasta que por una serie sucesiva de conquistas, ha logrado ponerla su servicio.
Ciertamente que el hombre no alcanzará la felicidad. Todos sus progresos no harán cambiar su naturaleza. Nunca hallará el ideal que suena, el infinito que ambiciona, el absoluto que busca. Sus gigantescas aspiraciones no pueden realizarse en el planeta en que vive: su alma no puede saciarse con la materia: pero la humanidad llegará a desenvolverse en todas sus facultades, llegará desarrollar tal cual es posible la idea de lo verdadero, de lo justo y de lo bello que persigue: llegará realizar en cuanto es posible la fraternidad y la igualdad predicada por el cristianismo; llegará enseñorearse de una manera completa del globo que habita dominando las fuerzas físicas y constituyendo, en suma, una sola familia, según el ut omnes unum de la Escritura.
Ello todo lo antedicho prueba que la felicidad en la vida es sólo relativa y por ser la única existente es la que os puedo desear, caras lectoras y lectores, muy cordialmente, en el próximo año.
Acojamos alborozados el año nuevo exclamando, sin temor, como el gentil hombre de palacio ante el cadáver del monarca. El Rey ha muerto, viva el Rey!
Carlos Olavarria Inspirado saludo El poeta nicaraguense Santiago Argüello, la llegada de Rubén Darío su tierra, después de muchos años de peregrinación, improvisó la siguiente estrofa llena de emoción y de entusiasmo: El señor de la victoria por fin su Patria llega; mañana dirá la Historia que dejó su Patria ciega con el fulgor de su gloria.
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