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Luego partieron los novios un pequeño pueblo, donde pensaban radicarse, pero bien sea porque Matilde no se hallara sin Mercedes bien porque ésta escribiera aquella la tristeza de aquel pueblucho, casi salvaje, donde curaba más la vieja Rosario con yerbas y oraciones que el médico; el hecho fué que muy pronto volvieron a la ciudad, quedando todos contentos.
Matilde protegia aún más al médico, puesto que hoy era su cuñado y pasaba horas enteras en casa de su hermana, bien es verdad que los cuidados de su casa no le inquietaban, pues por persuacion de su marido había vuelto admitir Damiana, él tenía razón para decir que era irremplazable para atender la casa, así vivía feliz aquella familia modelo del buen tono y sociedad.
Meri tos viendo indiferente el extremado cariño de su marido su herNa ca era su hermana, eran cuñados. Ella vestia cada vez más elegante saba muy distraída con la amistad de un notable abogado, que todas las rdes la acompañaba una partida de ajedrez, juego al que tenía gran afici 1, tomando siempre las negras porque se complacia viendo sus, manos blancas, deslumbrantes de pedrerías, aletear como dos grandes mariposas sobre el tablero, y el médico feliz, teniendo caballos y viviendo con lujo, sin tener cientela.
mana América Pnntarenas, de noviembre de 1907.
De ayer NIÑERÍAS. Por Claudio González Rucavado. San José, Imprenta de Avelino Alsina. 1907. Cada obra revela el alma de su creador, dice González Rucavado. Por impersonal que se quiera hacer un libro, siempre llevará el sello característico de su autor. He aquí por qué DE AYER encierra en sus páginas, mansas y dulces.
el reflejo de un espiritu benévolo y noble, amante de la belleza y de las gracias infantiles, que sabe retratar con delicioso colorido en el presente libro, tan bien escrito, como elegantemente impreso. Entre los delicados cuentecillos de este fragante ramillete de flores de ingenio que se llama DE AYER, hay algunos que contienen prendas de observación y pensamiento, aroma de frágiles pétalos, como Botoncito de vanidad, Nochebriena, Marina, El beso frio. Un vaso de leche y Florecimientos tempranos. Estos cuentos no son de hadas, inverosímiles y fantásticos, que extravían la imaginación del niño y la hieren alcabo con el dolor del desencanto, al comparar su modo la falsedad de la invención con la realidad sensible. Las NIÑERÍAS, sin traspasar los limites del mundo animado donde alienta al niño, iluminan su alma con lumbre ideal, siembran en su corazón gérmenes de bien, de generosidad y pureza y llevan su inteligencia amable distracción. DE AYER es obra que puede servir de texto de lectura en escuelas y colegios: es el elogio más cumplido que de ella podemos hacer. La impresión ha sido hecha en la casa editorial de Avelino Alsina, de San José de Costa Rica, y es excelente por su elegancia, corrección y nitidez, lo cual no es mérito trivial, ya que un libro, por bueno que sea su contenido, mal impreso arestado de faltas tipográficas, pierde todo lo que lo haría estimable.
Pedro Montesinos El Tocuyo. Venezuela.
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