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Alba roja El jardín daba en frente de la casa de campo en la colina.
Moviose misteriosa la cortina y quedo murmuró la clara fuente erótica canción. en el ambiente un raro aroma de placer germina.
Se entreabre poco a poco la ventana y en ella como reina soberana tú luego apareciste, como una tentación que se engalana con el mismo fulgor que la reviste. yo te contemple ¡Qué bella estabas!
Dirigi mi saludo con la mano, y ví que entonces, de mi amor ufano, risueña mi saludo contestabas.
Después. yo no lo sé! Con alto anhelo que sólo un sueño del edén se iguala, de improviso miréme ya en la escala, muy cerca de tu amor, palpando el cielo! bien, te dije, con la voz temblante, sobre el dintel de tu gloriosa estancia, quiero en tu seno erecto y palpitante beber la luz de tu auroral fragancia.
Vienes conmigo? Invitanos la fronda de la verde y florida primavera No temas, no, que la lilial quimera hará que surja la expresión más honda, hará que nunca la ilusión se muera!
Tus ojos al momente se encendieron.
Bajáronse tus ojos, y al instante, entre quejas y sonrojos tus labios intocados respondieron. Aparta, que tu frase me envenena!
Siento en mi boca palpitar un beso Pero no. que prefiero a todo exceso tener de orgullo la conciencia llena. pártate de mi. Temo los lazos con que perderme intenta tu cariño! enternecido, cual si fuese un niño, te oprimi castamente entre mis brazos!
Agustin Luján 84
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