Por supuesto, que baja insensiblemente hacia la Quebrada Hermosa, sigue luego casi sin inclinación hacia el río General, que ocupa ahora el antiguo lecho de la quebrada dicha, como unos kilómetros de la iglesia. De aquí en adelante el camino cambia completamente: aunque en apariencia plano, en realidad no hay más que puras cuestas El terreno es allí muy quebrado y lo cruzan una infinidad de quebradillas, dirigidas todas más o menos de S. las cuales, como es natural, han formado su pequeña hondonada que es necesario subir y bajar constantemente: del río Penas Blancas al Cajón, hay por término medio cinco de esas quebradas por kilómetro, lo que nos da un totai de 30.
muchas no tienen aguas sino en la estación de las lluvias, y por esa circunstancia, cuando pasamos nosotros había sólo dieciséis con agua corriente.
Aqui vale la pena hacer notar que el terreno que atravesamos es poco menos que desconocido en lo que se refiere su topografia. En el mapa que se encuentra adjunto al trabajo publicado por el señor Pittier en 1891, están recopilados los últimos conocimientos en la materia, y no obstante eso, hay muchas incorrecciones que aun simple vista se pueden observar. eso es muy natural. La región que nos referimos, lo mismo que la de El General, jamás ha sido visitada con el objeto de un levantamiento topográfico, siquiera sea aproximado: se conocen únicamente los nombres de los ríos, algunos lugares y el orden en que se suceden, pero hacen falta datos muy importantes para el dibujo completo Haciendo, pues, referencia ese mapa, se puede ver que aun la dirección verdadera es desconocida, esas distancias son del todo inaceptables. Seria de desear que el Gobierno enviara una comisión esas regiones con el fin de determinar la posición geográfica de los lugares más importantes, levantar el mapa respectivo, creemos que no hay seguridad ni en la posición de El Ge.
neral, quizá en la de los cerros vecinos; el hecho es éste: de El General tomamos algunos rumbos sobre las cumbres más elevadas con ayuda de la brújula, aprovechando luego estos rumbos para fijar la posición de El General, resulta que éste vendria a quedar mucho más al o. y en la continuación de la línea que lo une con el Chirripó, pero como al doble de la distancia dibujada actualmente. Algo parecido pasa con las distancias y posiciones de las más importantes.
Desde el punto de vista botánico es esta región una de las más importantes que hemos atravesado. Desde la Quebrada Hermosa hasta la llegada al rio Convento, las llanuras, con pequeñas interrupciones, se hallan cubiertas con el conocido turbara, y con arbustos de cordoncillo distribuidos casi uniformemente, que dan esos parajes la apariencia de un parque continuo. La tierra allí en las selvas es bastante humífera, y los bosques son muy curiosos por el gran parecido que guardan con las zonas templadas. Norte de Europa y Sur de Chile. por su escasez de yerbas y arbustos: casi limpio está el suelo, y la vegetación, formada de palmeras de altos y delgados estípites y de árboles casi iguales en grueso y altura, bien pudieran servir de modelo de art nouveau decorativo. Ninguno de los bosques que habíamos atravesado presenta un conjunto de mayor elegancia.
BUENOS AIRES La población de Buenos Aires está asentada sobre una extensa llanura de naturaleza arcillosa en la parte alta, sedimentaria en la baja, que mira hacia el rio Ceiba, y que por esta circunstancia es la elegida por los habitantes para hacer sus cultivos.
Existe una gran cantidad de gramíneas, que cubriendo la llanura convierten a Buenos Aires en extensísimo potrero. Vagan en ella, libremente, ganados vacunos y caballares, buscando pasto apropiado para su alimentación. Una observación atenta nos dió entender, sin embargo, que esos pastos no son de muy buena calidad: la sequía en la estación del verano es tan grande que los animales se ven obligados a abandonar el potrero y retirarse la orilla del río.
Algo que se impone, como una imprescindible necesidad, es que la Sociedad 3008 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica