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El último punto que quiero someter vuestra ilustrada consideración, se refiere a la educación. Los principios que hemos estudiado hasta aquí deben guiarnos en el desarrollo de nuestras facultades físicas principalmente; la educación es el principal agente del perfeccionamiento del alma, es el principal principio de Antropotecnia espiritual.
Hemos visto que la buena alimentación, sana, abundante y nutritiva durante la primera edad, es decisiva en el modo de ser futuro del individuo.
Del mismo modo la buena nutrición espiritual del niño, la buena dirección del ejercicio de sus facultades superiores, es trascendente para la evolución futura del hombre. En la Naturaleza, señores, en medio de la prudigiosa variedad que observamos, se destaca una portentosa unidad. La gran Maestra en todo y para todo aplica los mismos agentes, dirigidos hacia el mismo fin, inscritos en el gran libro con el mismo carácter de letra. En virtud de este principio de unidad, encontramos en todo las mayores analogías: el sueño es una imagen fiel de la muerte; los padres de familia en sus hogares desempeñan el mismo papel que los espíritus superiores en la dirección de los mundos; la indestructibilidad de la materia y la energía, siempre renacientes, bajo formas cada vez mejores, nos están indicando el hecho de la supervivencia y la reencarnación de las almas. En virtud de esta analogía es que podemos afirmar. y la experiencia directa así lo confirma que así como el organismo del tierno niño es de gran plasticidad y permite en esta época la adaptación a las más variadas circunstancias, los vehículos inferiores del alma, lo que en términos teosóficos llaman vehículos astral y mental son también de gran plasticidad y están sujetos a las influencias que sobre ellos se ejercen durante la tierna edad. En otros términos, así como el organismo del tierno niño obedece las influencias del medio, del ejercicio, de la alimentación, así también podemos modelar el alma del tierno niño mediante la influencia del ambiente espiritual que le rodea y que para nosotros debe constituir la verdadera educación.
Las cualidades inherentes al alma antes de la reencarnación, pueden ser buenas malas y existen en el niño como tendencias, como energías latentes en espera de oportunidades para el ejercicio. Estas tendencias pueden modificarse, por herencia, que ayudará contrariará. dentro de ciertos límites el desenvolvimiento de tales energías, y por la influencia del medio ambiente, sea por educación, que hará vibrar, en virtud del fenómeno de vibración, simpática, los vehículos inferiores, produciendo el desarrollo la desaparición de las tendencias latentes del alma. Las tendencias del niño son, como he dicho, energias latentes inactivas en espera de oportunidades de desarrollo por medio del ejercicio. Ellas se desarrollan si son estimuladas concluirán por desaparecer en el caso contrario. Este fenómeno tiene lugar de un modo decisivo durante la tierna infancia, que es cuando el alma responde, por decirlo así, los estímulos de fuera. De aquí se deduce la inmensa importancia de que el medio ambiente que rodea al niño durante la tierna infancia sea el mejor posible, indica la necesidad de emplear, sobre todo en esa época, todos los medios de educación. Cuáles son las energías capaces de afectar profundamente la naturaleza plástica, espiritual del niño? Son el poder del pensamiento y la fuerza de la voluntad de los que los rodean. Es necesario que hasta la adad de ó 10 años 3936 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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