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Las dos ofrendas Para Páginas ilustradas La mujer ideal palpitaba, esperaba. En ese día recibiría el pre mio, la ofrenda de los ángeles rivales que querían conquistar su alin Cayeron rosas encendidas sobre ella: alzó los ojos, y miró ante un angel hermoso y risueño que le traía la ofrenda de la vida y a amor. Ella temblo de emoción porque la vida tenía esplendores, y amor goces dulcísimos, pero oro enternecida, y rechazó la ofrenda.
ángel voló, deshojando tristemente ilusiones y esperanzas.
Cayeron otra vez, rosas sobre ella, pero éstas eran pálidas y blaticas como lostias; alzó los ojos y miró ante sí un ángel esbelto y lánguido, que le traía la ofrenda del ensueño y de la luz. Ella extática la contempló un momento, y tendió las manos para recibirla; su belleza se hizo entonces luminosa como una estrella. El ángel la miró sonreído porque había triunfado, y arrebatando su alma voló con ella: era una paloma blanca Las novias risueñas En el día de los blancos milagros y regocijos las novias risueñas llevarán rosas místicas para perfumar el ensueño de los ángeles: se embellecerán como nunca en el festín de los besos, y vestirán velos azules en la noche.
Ellas son propicias los efluvios de la primavera y al toque de las campanas que llaman para la adoración del niño Jesús; son amadas de los blancos corderitos que vienen de la montaña en el día de las fiestas pascuales, y hasta de los pobres ancianos inválidos que van con sus báculos haciendo cruces sobre la arena del camino, porque no hay cosa más bella que la alegría de las novias risueñas que saben amar la vida.
Es día de alabanzas y regocijos porque es el día de los blancos milagros. Los niños en el coro cantan himnos, y como todo habla de sonrisas y tranquilas emociones, las novias risueñas tienen para las cabecitas infantiles caricias y besos: como es día de unción y gloria, el órgano resuena dulcemente, embelleciendo con su encanto la sombra del Paraíso.
y ellas, las novias risueñas, suspiran y se alejan, dejando en el altar rosas místicas para perfumar el ensueño de los ángeles.
Mujeres y sonrisas Hay mujeres que no saben de la sonrisa ideal. Esas son las que preguntan si la juna es melancólica, o si la música tiene conmovedoras ternuras y delicias. Vacías de todo ensueño y poesía ignoran la gracia oportuna para seducir, llenándose de artificios y ridichleces que las hacen insoportables; por eso pasan marchitándose prontamente sin sabe: de la alta vibración del espíritu. Esas mujeres son flores sin perfume lámparas sin lumbre, arpas sin cuerdas.
Hay mujeres que saben de la sonrisa ideal. Esas son las que tienen dulces pensamientos y miradas contemplativas para la luna, y 3050

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