Clodomiro Picado Quien haya leido las interesantes descripciones de la fauna costarricense, firmadas por el señor Picado Twight, y no lo conozca personalmente, creerá sin duda habérselas con uno de tantos especialistas científicos, de larga y enmarañada melena, de mirada hosca y de respetable edad. Porque la calidad del estudio que se consagra nuestro distinguido costarricense, es más propio de homes graves e sesudos. que de la risueña y alborozante juventud. Antinómica revelación que para bien de las letras patrias se descubre con el señor Picado Twight.
Recién salido de las aulas de nuestro Liceo en donde terminó el Bachillerato hubo de encargarse en Cartago de preparar los alumnos del primer año, en la asignatura de Física y Quimica. Actualmente, desempeña el puesto de Profesor de Ciencias Naturales en aquel mismo plantel del Colegio de San Luis Gonzaga. Allí, en la antigua Metrópoli, su patria chica, en un ambiente de serena consagración a las investigaciones, y alternando en la cátedra con los Michaud, Brenes, Umaña y otros concienzudos maestros, ha ampliado sus conocimientos técnicos y ha hecho confirmar la esperanza que desde los primeros momentos despertó su personalidad.
Importantes Revistas españolas han reproducido los artículos que el señor Picado había publicado en Páginas Ilustradas, sobre las aves y los insectos de Costa Rica. Como algún escritor me pidiese datos en la península acerca de la biografía del esforzado cartaginés. contestéle que los ignoraba. Recientemente, y con motivo de su ingreso en la Sociedad Geológica he podido conocer de cerca al compañero aventajado, de tan modesta ambición como de reposado y digerido saber.
Para empujar la feliz orientación de esta carrera brillante, se gestiona del Supremo Gobierno la concesión de una beca.
Un viaje al extranjero: viaje de observación, de estudio, de intercambio de ideas con hombres ilustres y profesionales, dará al señor Picado nuevo manantial de frescura y de alientos para proseguir victorioso su ideal.
El señor don Clodomiro Picado tiene escasamente 20 años de edad, Si por su propio esfuerzo, por su extraordinaria vocación al cultivo de la ciencia y al estudio de la Naturaleza, ha podido llegar al disfrute de envidiable reputación. qué no podremos esperar todos, una vez haya residido algunos años en los centros de mayor cultura, y exclusivamente dedicado al ejercicio de su especialidad en la Botánica y en la Zoologia?
El Gobierno de Costa Rica atenderá seguramente la generosa petición que han suscrito eminentes hombres de ciencia y de letras de esta República. Lloret Bellido San José, 19 de febrero de 1908.
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