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un pedazo de hierro que hacía las veces de campana y de corneta nos indicó que había llegado la hora de dormir.
Justo Facio estaba empefiado, desde lo alto de un camón, en contar un cuento verde Borges, que no le oia.
De pronto, la voz de Chico Estrada hiende los aires y: Señores! estamos todas bajo el régimen militar. Silencio!
Justo no hace caso y continúa una narración erizada de dificultades filológicas.
Entonces, Estrada inanda callar Borges que estaba mas mudo que un pescado seco!
En la mañanita café y montar cabalio. Mi caballo con su montura y aperos ha desaparecido!
Las reflexiones que en alta voz hice no puedo trascribirlas por. pues.
por. Enfin que mejor es callarlas.
Quedo en la Cruz, esperando el regreso de la comitiva.
Luis Urbina me hace olvidar la pena que siento de perder la conferencia y charlando se nos pasa el tiempo, Al cabo del tiempo regresa la comitiva muy contenta, al parecer, de su viaje a Brimont. Sin embargo alguien me dijo: La oliste hiciste bien en quedarte comiendo y durmiendo gusto. nosotros.
El regreso fué tan fantástico como la ida Dela Cruz Potrerillos en un puro galope. Pero en Potrerillos encontramos la mar de comodid des: una casa grande y fresca, un río delicioso y una amabilidad desconcertadora en el recibimiento.
Almorzamos grandemente, fumamos unos tabacos de primera y luego nos tendimos la orilla del Tempisquito. La conversación giró sobre la mar de temas, desde la inmortalidad alma, hasta la estructura del cangrejo.
Brenes Mesén se perdió y fué pasear Santa Rosa. Pasadas unas dos horas nos desvestimos y al agua. Que baño más delicioso y democrático! Ricardo Mora le hicieron bizcocho en las ropas, Justo Facio, jugó lagarto con Maximino Esquivel y Pio Fernández se empeñó en acariciar Maximino con gran escándalo de Jorge González El macho Zeledón hizo apuesta con Ricardo Monge, sobre cuál de los dos resistía más consumido.
De pronto vimos don Cleto nadando como cualquier muchacho río abajo, y Alfredo Volio expresó su admiración. Como hace tantos años que no se baña! en rios quiso decir todos reímos.
Pio intentó conquistar Maximino para que lo paseara sobre las espaldas, pero sin conseguirlo, Salimos con pesar de tan delicioso lugar, para continuar nuestra marcha hacia Liberia.
Una enorme polvareda nos anunció que la mayor parte de los vecinos de aquella ciudad venia al encuentro del señor Presidente, y efectivamente pudimos adivinar las siluetas de varios conocidos: Riverita, Muñoz, Alvarado y otros más.
El terreno empieza a fosilizarse. Bajo el casco de las cabalgaduras resuena el cascajo blanco que rodea Liberia, y ya de noche, surge después de muchos años de no verla, la Virgen Blanca, la misteriosa ciudad oriental enclavada en nuestro territorio. Pero cuánta mudanza! La bella oriental se ha engalanado con las faldas modernistas, trasciende a perfumes falsos! Esta no es Liberia, es una ciudad cualquiera.
Si pasamos algunos malos ratos en el viaje, la recompensa fué grande. Comimos verdaderos guisados, dormimos en camas con spring, con almohadas y colchones de verdad. Nos parecia un sueño.
Luego, durante el dia, estreché la mano de viejos amigos y comprendi que no olvidaban los lazos de cariño ule antiguamente nos unieron.
Pero ¡cuántos faltan la ta! y cuántas han pasado al mundo misterioso! Una impresión dolorosa se apodera de mí y me encierro.
La comitiva se divide en dos. Una parte sigue con el señor Presidente hacia Mi.
ravalles y otros tomamos el camino de Ballena.
Pero antes debo relatar un incidente épico.
Entre Liberia y Potrerillos, Chico Estrada dormitaba sobre su caballo. Sus compañeros toman la delantera, se emboscan tras unos matorrales y cuando el durmiente despierto se acerca, hacen una nutrida descarga al aire con sus revólveres.
La sorpresa fué terrible. La bestia se encabrita, Chico busca vanamente su revólver su espada y se inclina ante la suerte.
Los de la broma salen y le cuentan la ocurrencia, y Chico la rie y aplaude.
El viaje de Ballena Puntarenas merece un capitulo especial y entero. nuestra llegada al puertecito esperábamos el vapor que debía llevarnos y 3069

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