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Para penetrar en lo intimo del humano pensamiento y explicar el me.
canismo de sus funciones, consideradas vulgarmente como fenómenos ex.
traordinarios, ha sido preciso adquirir antes por medio de pacientes y nume: rosos estudios, una idea macisa de lo que es la vida orgánica en general; un conocimiento intimo de la materia en sus diferentes aspectos dinámicos, y demostrar hasta la evidencia, que el mundo orgánico y el mundo mineral participan de una misma esencia, o en términos de mayor amplitud, que el universo es un todo, mutable en su forma, inmutable en su fondo. todavía el genio de la experimentación científica tiene empeñada su batalla persuasiva con las pretensiones del empirismo y los incondicionalismos de los credos religiosos, obstáculos resistidos y que tienden petrificarse en la conciencia de los pueblos raquíticos.
El avance científico, sin embargo, viene siendo formidable irresistible.
Los misteriosos fenómenos del psiquismo han venido despejándose con claridades meridianas. Las propiedades maravillosas de los elementos histológicos, nos han dado la clave de las facultades del alma y de las sublimi.
dades del espíritu.
Oigamos por un momento Letourneau, explicando el mecanismo de Jas facultades mentales en su grandiosa simplicidad. un grado más elevado dice la célula nerviosa se sensibiliza, adquiere la conciencia de la vibración de sus moléculas y experimenta las sensaciones táctiles en sus diversas especializaciones, lo mismo que las impresiones placenteras y dolorosas, más o menos intensas, en relación con la mayor o menor perfectibilidad del organismo sevsible. En tal estado, to.
davía el ser conscio, adolece de inferioridad, porque sus sensaciones im.
presiones no son duraderas, desaparecen casi tan pronto como son advertidas. Pero todo cambia desde el momento en que la célula retiene la sensación y se impregna de ella, semejanza de una placa fotográfica de aquellas sustancias fosforescentes que cautivan los rayos luminosos; es entonces cuando los fenómenos nerviosos se encadenan y diversifican, se especializan y se combinan, para dar nacimiento a las facultades de la inte ligencia. La huella que dejan las sensaciones impresiones pasadas constituye los recuerdos, y ese conjunto de las reminiscencias, en la memoria; estos recuerdos se combinan, se agrupan caprichosamente, forman cuadros y ficciones, más o menos brillantes y sugestivas cuyo conjunto denominaу mos imaginación. De las persistentes impresiones de dolor y de placer, surgen los deseos de rehuir las primeras y de experimentar las segundas. La coordinación de las impresiones, de las sensaciones y de las imágenes en presencia de un fin, constituye un razonamiento, y la facultad de efectuar esta coordinación, es a la que los psicólogos han dado el nombre de eniendimiento, inteligencia, razón. Por último, toda comparación consciente de sensaciones e impresiones, es una idea, un pensamiento; así como todo deseo precedido y acompañado por una valorización del móvil, constituye la voluntad.
Esta explicación tan comprensible, y basada en demostraciones experimentales, no satisface todavía las conciencias misoneístas, reacias siempre para con la verdad concluyente y servidoras incon ticionales de las abstracciones antrapomórficas. Parece como que la claridad que irradia de la comprobación científica, les trajese consigo desiluciones amargas y desen 3110
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